Aunque la idea de loft es bastante nueva en nuestro país, es cada vez más habitual encontrar estos espacios diáfanos y abiertos, todo en uno, que permiten tener un espacio reducido y asequible donde la falta de metros cuadrados no se acusa tanto al tratarse de un espacio abierto.
Un loft es una buena idea para una pareja joven, o para una persona sola, que busque diseño y no sentirse encerrada en un micro piso. Aunque existen lofts de lujo, pues la idea del open space está muy de moda, es un recurso para personas que no pueden permitirse un piso con el diseño que les gustaría.
Un espacio, muchas estancias
Vivir en un loft implica tener un sólo espacio separado con ingeniosidad. Excepto para el lavabo, el resto de las paredes desaparecen para ganar ese espacio. Para muchos, la falta de paredes representa una falta de intimidad o, cuando se trata de una pareja, la imposibilidad de aslarse en determinados momentos.
Pero, lo cierto, es que vivir en un loft aporta muchas ventajas. Una de las más importantes es la sensación de amplitud. Hoy, si buscas un piso de alquiler o compra asequible, te encuentras con espacios tan reducidos que parece que se te caigan encima. El loft permite tener amplitud en esos pocos metros cuadrados. Además, normalmente, son espacios con techos altos y ventanales por lo que la luminosidad es destacable.
Como ya he comentado, por un precio un poco más reducido se puede encontrar un espacio interesante, con un marcado estilo industrial que, además, nos permita seguir en la onda del diseño. De estética moderna, el loft está pensando para tenerlo todo a mano y pasar de la cama al sofá o la mesa en un mismo trayecto.
Puedes jugar a separar estancias mediante el uso de determinados muebles o biombos o, incluso, crear una pared de pladur que no llegue hasta el techo. El espacio se recogerá sin perder la amplitud ni la luz que lo caracteriza.