Viajamos hasta Matinecock, en el estado de Nueva York, para conocer esta vivienda diseñada en el año 2017 por Bates Masi Architects. La pareja que encargó este proyecto quería vivir en un entorno urbano.
Sin embargo, el hecho de asentarse en la ciudad no les permitía proporcionar a sus hijos el estilo de vida que realmente deseaban para ellos. Por este motivo, decidieron mudarse aquí para, de este modo, poder estar cerca de la ciudad al mismo tiempo que cuidaban de su familia en un lugar más abierto a la naturaleza.
Ahora conocemos con detalle la casa en la que viven.
La distribución de la vivienda
La casa se divide en varias estructuras a dos aguas, cada una enfocada hacia el interior con su propio patio ajardinado en lugar de hacia las demás viviendas que se encuentra próximas a ella. Cada espacio interior está conectado al exterior por dos lados. La superposición de espacios desde el exterior al interior del patio elimina cualquier límite existente.
Desde puntos de vista seleccionados, uno puede ver a través de los múltiples espacios y patios las vistas que quedan enmarcadas al otro lado. Además, cada volumen tiene un techo esculpido que canaliza la luz y el aire hacia el centro de la estructura.
Los materiales empleados
El suelo es de roble y en el techo se han colocado paneles de roble desgastados. Además, las tablas del suelo y de los techos presentan un corte personalizado en ancho y en inglete que le confieren un aspecto de lo más especial y original.
Por otro lado, las cintas metálicas desgastadas colocadas en el techo acentúan aún más esta geometría y se convierten en otra manera de organizar la iluminación y los equipos audiovisuales en toda la casa.
La decoración y estética interior
Cuando des un paseo por las fotografías lo vas a ver con tus propios ojos. Una vez dentro de estas vivienda encontramos la madera como la gran protagonista de la decoración interior. Ya de por sí cálida, los espacios se vuelven muy acogedores gracias al uso de textiles y también de la naturaleza que penetra desde el exterior.
El salón y la cocina
En el salón vemos una alfombra que aporta mucha calidez a esta zona, abierta el exterior a través de grandes ventanales y puertas de cristal.
La cocina y el comedor están igualmente conectados con exterior, de hecho, la mesa del comedor parece estar fuera, aunque bajo techo, si se abren los cristales y cortinas que lo separan del jardín.
La cocina es muy amplia, con dos islas de madera maciza que se convierten, al mismo tiempo, en espacios de almacenamiento y en unas amplias y confortables mesas donde poder comer y pasar agradables momentos en familia o con amigos. Los techos siguen la continuidad estética que hemos comentado antes, geométrica y con detalles metálicos para enmarcar las luces.
El dormitorio
El dormitorio que vemos en las fotografías también está completamente conectado con la zona exterior. No es excesivamente grande pero al abrirse tanto hacia afuera cobra una nueva dimensión.
Galería de fotos
A continuación te dejo con las fotografías de Michael Moran para que puedas ver el interior y el exterior de esta vivienda tan especial.
Como comprobarás, emplear el patio como un dispositivo para llevar la luz y la naturaleza al interior de cada volumen da como resultado un hogar con cierto carácter introvertido que parece calmar las preocupaciones diarias de los padres y, además, crea un ambiente deseable para la educación de los niños. Al final, se ha logrado el cometido inicial con el que se proyectó esta vivienda.