Los cambios cuestan. Estamos tan acostumbrados a pintar las paredes de casa que cuando alguien habla de hacer lo propio pero con vinilos decorativos, se piensa que el resultado va a ser catastrófico. Los vinilos adhesivos son la solución más rápida, vistosa y limpia que se puede aplicar en cualquier superficie.
Suelen costar alrededor de 20 euros la unidad. Son baratos, fáciles de limpiar y, además, duran mucho más que la pintura de la pared. Cada rollo de vinilo lleva los metros suficientes para cubrir entera una cara de la pared.
Material muy resistente
Existe toda la variedad de vinilos de colores inimaginables. La gente los suele emplear para decorar paredes, puertas, ventanas e incluso muebles. Cualquier superficie lisa se puede personalizar para darle un toque de color y diferenciarla del resto de las viviendas.
Además, se trata de un material adhesivo muy resistente. El diseño del vinilo queda perfectamente pegado a la pared facilitando que se pueda decorar cualquier rincón de casa.
Tipos de vinilos de colores
Hay una gran variedad de vinilos decorativos de colores. Si aún no te has decantado por ninguno en especial, debería saber primero que los hay que son de brillo o mate, ideales para cualquier tipo de estancia. El brillo o el mate contribuye a resaltar el color del vinilo. Además, es un material de fácil limpieza, basta con pasarle un paño húmedo por la superficie.
Por otro lado, hay vinilos de colores ácidos. Esto es, aquellos colores como el rosa, rojo o amarillo, que no son traslúcidos. Son especiales para la decoración de puertas o paredes.
Los hay que son de colores transparentes y dejan pasar la luz. Son especiales para las ventanas y puertas con cristal. Se trata de un material que se puede usar sin problema en estancias que soportan grandes cantidades de humedad como el cuarto de baño o la cocina.