Las ventanas son un hueco hacia el cielo y el exterior, que además de ventilar las viviendas nos aportan luz y nos ofrecen impresionantes “cuadros” naturales. Sobre todo, cuando las vistas son buenas. En el caso de esta vivienda catalana, las ventanas no sólo ofrecen vistas desde el interior sino que decoran la fachada reflejando el cielo y el paisaje circundante. Una propuesta tan simple como inteligente, de esas que nos hacen pensar: ¿cómo no se me habrá ocurrido antes? Así, la idea de los arquitectos Jordi Hidalgo y Daniela Hartmann para la reforma de esta residencia unifamiliar de la montaña de Vallvidriera es excelente.
Todo se basa en emplear los cerramientos de aluminio como elementos decorativos, tanto para el exterior como para el interior.
El uso estratégico de los huecos de la antigua casa les sirvió para enmarcar (vistas desde el interior) las espectaculares vistas que el emplazamiento de la construcción ofrecía sobre la ciudad de Barcelona: un paisaje impresionante. Pero lo más inteligente: estas vistas no sólo se pueden ver desde dentro de la casa… Porque la ampliación de la superficie exterior de las ventanas, como si fuesen paneles superpuestos a los huecos originales, y la inclusión de vidrios reflectantes consiguen que el paisaje y el cielo de la vivienda entren a formar parte de la construcción, y de esta manera se consigue la integración completa de la casa en el entorno.
En palabras de los arquitectos responsables de la rehabilitación: “Más que una reforma se trata de una transformación de la edificación, que se convierte en una galería de imágenes del paisaje proyectadas sobre las fachadas que rodean el patio, y cuyo contenido cambia constantemente con el movimiento que se realiza en él”. Los cerramientos de aluminio de la firma Technal son así los protagonistas de esta rehabilitación, original, inteligente y respetuosa con el entorno natural.