¿Todavía no te has pasado a la iluminación LED? ¡Ya estás tardando! Los métodos más tradicionales han pasado a la historia por razones de peso, ya que esta nueva tecnología, que por cierto ha avanzado mucho en los últimos años, nos permite disfrutar de una serie de beneficios cuyo valor muchas veces es incalculable.
Hoy es un buen día para hablar de ello, puesto que es el Día de la Eficiencia Energética.
1- Vida útil superior
La vida útil de una lámpara LED puede rondar las 50.000 horas, mientras que una bombilla estándar difícilmente es capaz de ir más allá de las 2.000 horas de iluminación. Para verlo más claro nada mejor que un ejemplo. Con una lámpara LED podríamos disfrutar de cinco años de luz de forma ininterrumpida, mientras que con una lámpara alimentada por una bombilla estándar dicho periodo de tiempo se reduciría a 83 días. Es una diferencia abismal.
2- Más eficiencia energética
Aquí encontramos otra divergencia que está fuera de debate. Las luces LED consumen entre un 80 y un 90% menos que las convencionales, lo que se traduce en un importante ahorro en la factura. La proliferación de este tipo de tecnología es la que ha hecho que las compañías eléctricas hayan encarecido sus tarifas de forma abusiva y con el beneplácito de los Gobiernos. No están dispuestas a ganar menos y por eso el precio se ha disparado tanto en los últimos años en países como España.
3- Más ecológica
En una bombilla normal podemos encontrar dos productos tan tóxicos como el tungsteno y los fluorescentes de mercurio. Ambos desaparecen de las bombillas LED, que no solo cumplen con la normativa RoHS de sustancias contaminantes, sino que también son reciclables.
4- Bajo mantenimiento
Por el mismo motivo por el cual su vida útil es tan larga, el mantenimiento que hay que llevar a cabo es mínimo.
5- No es una fuente de calor
Este es otro aspecto muy importante a la hora de tomar una decisión. El dilema puede resolverse rápido al saber que las luces LED no emiten calor, algo que permite aprovechar al máximo la energía. Además, esta característica hace que sea sensato acoplarlas a lugares pequeños, puesto que es imposible que se produzca un incendio como sí puede pasar con una bombilla convencional que está en contacto con otros elementos como papel o madera.
6- Menores emisiones de CO2
Es fácil de explicar. Al recurrir a un gasto menor de energía, se está produciendo un ahorro que reduce las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera. De hecho, varios estudios apuntan a que una bombilla LED es capaz de evitar hasta diez kilos de CO2 en un año.
Después de conocer todas estas ventajas, ya puedes tomar una decisión con más determinación. Piensa que el único inconveniente de las bombillas LED es su precio, que por otra parte no tardarás en amortizar teniendo en cuenta que su vida útil es muy superior a la de las bombillas convencionales.