Los colores nos encantan y la variedad existente nos permite inventar un montón de espacios nuevos y de decoraciones únicas para nuestro hogar. Muchas veces os hablo de los colores totales, es decir de la elección de un único color para decorar una habitación.
Los colores neutros, sobre todo el blanco, suelen ser los protagonistas y hoy, pare seguir en esta línea, os traigo una propuesta que me ha encantado: un salón en total grey, un tono intermedio que puede tanto oscurecer como dar luz a cualquier habitación.
Un salón oscuro… ¿O no?
Solemos ser reacios a utilizar colores oscuros, y más si es en toda la estancia, porque hace que el espacio parezca más pequeño. Pero, a veces, el gris puede llenar una estancia de sobriedad y de una luz muy particular.
El salón es el lugar perfecto para apostar por el Total Grey, pues el tipo de vida que hacemos en esta estancia permite darle ese toque único que aporta el gris. La clave está en que todo sea gris, desde las paredes al suelo pasando por los muebles, y dar pinceladas de color con detalles.
Lo mejor de esta opción es la amplia gama de grises con la que podemos jugar para, también, jugar con la luz. Equilibrando tonos oscuros con tonos más ligeros conseguiremos mantener el espacio con una buena circulación luminosa y conseguiremos que la estancia sea muy agradable.
Apuesta por un suelo de parquet en gris muy claro y por unas paredes en gris perla. Puedes jugar con los tonos de gris de la pared y crear claroscuros, zonas más ligeras y otras más potentes. Para el mobiliario y los textiles opta por una gama más oscura, dejando el gris marengo para una alfombra y el gris piedra para el sofá. Para que haya más luz, salpica la estancia con piezas en blanco y algún cuadro en color y el resultado será sorprendente. No descuides la iluminación y dirígela hacia las zonas más claras para que se difumine mejor.