Los recibidores suelen ser los espacios de la casa más difíciles de amueblar y decorar. Por sus características, los recibidores son ambientes pequeños y estrechos, en comparación con otras estancias.
Por supuesto, depende del tipo de vivienda. Pero en términos generales podemos decir que los recibidores son los espacios más oscuros de toda la casa. Sin embargo, cumplen con un papel muy importante: es nuestra carta de presentación. Por ello debemos esmerarnos al decorar un recibidor más luminoso. Te explicamos cómo.
La distribución y los muebles
La distribución de los muebles y accesorios es de vital importancia para aprovechar al máximo cada metro disponible en el recibidor. Para conseguirlo debemos tener en cuenta la forma de la habitación: cuadrada, rectangular… Si te resulta más fácil, puedes dibujar un plano sobre el papel.
Piensa: ¿qué tipo de mueble te gustaría tener en el recibidor, teniendo en cuenta el espacio y la forma de la habitación? ¿Qué elementos a nivel práctico no deberían faltar en este espacio? Una vez que lo tengas todo claro, piensa dónde colocarías cada elemento. Si no encuentras el mueble ideal para esta habitación, puedes optar por un diseño personalizado.
¿Y por qué es tan importar? Una buena distribución evitará que el recibidor resulte recargado y parezca todavía más oscuro. Además de distribuir, conviene escoger muebles en colores claros que reflejen la luz y potencien la luminosidad.
En lo que a distribución se refiere también conviene optar por espacios abiertos. Eliminar barreras nos ayuda a ganar amplitud y favorece que la luz circule cómodamente por todo el espacio.
Los mejores colores
Hablando de colores, lo ideal es optar por paredes en color claro pero tratando de que guarden relación con el resto de habitaciones de la casa. Unificar la decoración da continuidad al espacio y hace que la casa parezca más espaciosa.
En este sentido, un buen truco para ganar luz en el recibidor es escoger muebles del mismo color que la pared. Así se integran perfectamente en el ambiente y la decoración parece menos recargada.
La importancia de iluminar bien
A falta de luz natural debemos optar por luces artificiales. Planifica los puntos de luz que necesita tu recibidor. En primer lugar no debería faltar una luz general en el techo que ilumine todo el recibidor. Al tratarse de una zona de paso, no se recomiendan las luces de bajo coste que tardan unos cuantos segundos en iluminarse por completo.
También es interesante colocar luces puntuales en aquellos rincones en los que hacen realmente falta. Por ejemplo, una lámpara de sobremesa sobre el mueble del recibidor o una lámpara de pie junto al banco descalzador.
Si queremos ganar calidez en este ambiente, una buena idea puede ser optar por apliques con pantalla de tela difusora y dirigidos hacia la pared. Las luces difusas contribuyen a iluminar y crear ambientes más cálidos y acogedores. Otra opción son las luces estéticas que se utilizan para destacar elementos. La ventaja es que además proporcionan una luz práctica, por ejemplo si colocamos un aplique cerca de un armario con portallaves o un bonito cuadro cubrecontador.
Existen diferentes tipos de iluminación y cada uno de ellos resulta útil para un crear un determinado efecto. Así que solamente tenemos que pensar en qué uso vamos a hacer de cada lámpara teniendo en cuenta del tipo de recibidor que tenemos.
Un espejo para ganar amplitud
Los pequeños accesorios también pueden ayudarnos a ganar luz en el recibidor. Nos referimos naturalmente a los espejos. Son los complementos perfectos para decorar y potenciar la luminosidad. ¿Un truco? Coloca cerca del espejo un aplique o lámpara para multiplicar la luz.
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