El agua que llega a nuestras casas contiene en cierta medida una concentración de impurezas: arena, tierra, polvo y sedimentos, como la sal y la cal, que son arrastrados por la red de cañerías. En determinadas zonas, la calidad del agua es realmente baja dadas las características naturales del agua. Este problema acarrea pérdida de caudal en los grifos, atascos en las tuberías y desperfectos en los electrodomésticos que requieren agua para su funcionamiento. Una solución eficaz para prevenir su aparición consiste en instalar depuradores domésticos en algunos puntos de suministro.

Los olores en los desagües o el mal sabor del agua son algunas de las señales que delatan la presencia de impurezas. En ocasiones los filtros instalados en las tuberías para limpiar el agua no son suficientes, los depuradores para el hogar solucionan gran parte de estos problemas. Sin embargo, antes de comprarlos, es conveniente conocer el funcionamiento de estos dispositivos. Lo más importante es saber que sólo se instalan en la red de agua fría porque no soportan las altas temperaturas.

Su rendimiento se puede mejorar considerablemente si además se le instala un filtro de partículas. Antes de proceder a la instalación, recuerda que los depuradores de sobremesa exigen la graduación del volumen y la presión del agua. Por otro lado, los descalcificadores se emplean para prevenir la acumulación de cal en los electrodomésticos, se conectan mediante un tubo flexible a través de la manguera de la lavadora o del lavavajillas, alargando así su vida útil.

Lo más apropiado para desoxidar objetos de plata es aplicar un producto exclusivo que incluya pulidores y agentes desoxidantes. Tendremos que distribuirlo por la superficie con la ayuda de una brocha de cerdas suaves y se dejará actuar durante al menos 5 minutos. Si el objeto en cuestión tiene manchas negras, tendremos que frotarlas bien con un paño o con un papel absorvente.

Cuando haya finalizado el tiempo de espera, aclararemos la superficie con alcohol para posteriormente barnizarla. Una vez barnizada, ya sólo tendremos que platearla de nuevo con una plateadora en frío. Eso sí, no es aconsejable hacerlo si los objetos se van a utilizar para algo relacionado con la alimentación. La composición de los productos plateadores suele ser perjudicial para la salud.

Aplicaremos el producto de forma uniforme con un algodón y aclararemos con agua caliente. Por último, lo ideal es pulir la superficie del objeto. Para ello impregnaremos un algodón de un producto abrillantador apropiado para la plata y lustraremos con la ayuda de una gamuza. Tendremos que retirar de nuevo la solución con agua caliente y jabón y secaremos con mucho cuidado.

A veces es posible retrasar la aparición del óxido en el menaje o en la cubertería de plata. Lo ideal es que nunca les dé la luz del sol, por lo que es buena idea cubrirlos con papel de seda oscuro o terciopelo.