Tipos de lámparas y cómo usarlas

En Decorablog hablamos muy a menudo sobre la importancia de la iluminación tanto por una cuestión estética como por salud y funcionalidad. Ahora bien, ¿conoces los diferentes tipos de lámparas y sabes para qué utilizar cada una de ellas?

En este artículo encontrarás las claves para iluminar correctamente cualquier rincón de casa, utilizando la lámpara más adecuada. Ya sea de sobremesa, de pie, de techo, focos, plafones… ¡Toma nota!

Lámparas de techo

Empezaremos por una de las lámparas más frecuentes en casa: la lámpara de techo suspendida o colgante. Estas lámparas emiten una luz general que ilumina todo el espacio y resulta muy útil cuando necesitamos una luz rápida y amplia, sin iluminar ningún punto en concreto.

Generalmente se suelen colocar en el centro de la habitación para lograr así una distribución de la luz más uniforme. Existen diferentes modelos teniendo en cuenta el estilo decorativo de la habitación: una lámpara de araña o chandelier para un ambiente clásico o romántico, una lámpara transparente con varios focos a distinta altura para decoraciones modernas, una lámpara con estructura geométrica para dar un toque trendy…

Lámparas de sobremesa

Las lámparas de sobremesa tienen un objetivo principalmente decorativo. Aunque en algunos casos también proporcionan una luz de ambiente muy útil en el dormitorio a ambos lados de la cama o bien en el salón cerca del sofá. Así que, además de decorar, estas lámparas nos ayudan a crear ambiente proporcionando una luz puntual en zonas concretas.

¿Un truco? Si escogemos lámparas de sobremesa con pantalla, lograremos una iluminación difusa y más acogedora. Luego tenemos las lámparas flexo que, por sus características, se utilizan sobre todo para la mesa de trabajo o de estudio.

Lámparas de pie

Al igual que sucede con las de sobremesa, las lámparas de pie también cumplen con dos objetivos: por un lado estética y por otro funcionalidad. Este tipo de lámpara es muy frecuente en el salón y se utilizan tanto para decorar como para crear ambiente y ofrecer una luz secundaria que evita que esforcemos los ojos al ver la televisión.

Nuestro consejo es que utilices lámparas de pie con regulador de intensidad, así podrás adaptar la luz a tus necesidades. Porque no es lo mismo ver la televisión que disfrutar de la lectura de un buen libro.

Luces para ahorrar

Para espacios como la cocina y el cuarto de baño se suelen utilizar tubos fluorescentes que no se recomiendan en ningún otro espacio de la casa, ya que una larga exposición puede provocar jaquecas y molestias visuales. Las tiras de luces LED son de lo más prácticas para iluminar las zonas de trabajo de la cocina. Las luces LED nos ayudan a ahorrar hasta un 80% en la factura de la electricidad, son más duraderas, resistentes y menos contaminantes que las convencionales.

Las luces halógenas también son una estupenda opción ya que emiten una luz confortable y además nos ayudan a ahorrar. Al igual que las luces fluorescentes de bajo consumo. Todas ellas consumen entre el 50 y el 90% menos de energía que las tradicionales y tienen una vida 25 veces superior.

Focos y plafones

Los focos son otro tipo de iluminación muy recomendable para lograr una luz puntual en ambientes donde más la necesitamos. Por ejemplo, en la cocina, en la zona del vestidor y en el cuarto de baño, cerca del espejo para multiplicar la luz. Otra opción son los apliques con brazo regulable que podemos dirigir según nuestras necesidades.

En cuanto a los plafones, se pueden colocar en el techo a modo de lámpara suspendida y son una gran elección en habitaciones pequeñas en las que no queremos recargar demasiado el espacio.

También se suelen colocar en zonas de paso como el recibidor y el pasillo para lograr así una iluminación bien distribuida pero sin ocupar apenas espacio.

¿Ya sabes qué tipo de lámpara colocar en cada rincón de la casa?