Las alfombras son uno de los elementos decorativos más importantes de nuestro hogar, ya que no solo pueden vestir un ambiente y darle un toque especial sino que también sirven para proteger el suelo, especialmente aquellos que son de madera o cualquier otro material que puede estropearse con el tránsito.
Pueden tener muchísimas texturas, las cuales dependen del tratamiento que se haga con los hilos, con los que se forman las diferentes tramas o texturas de cada una. Toma nota de las principales texturas de las alfombras:
– Boucle liso: Son pequeños rulos de hilo que están compactos y alineados en una misma altura. Son muy fáciles de limpiar ya que la suciedad se mantiene en la superficie y no se incrusta en su interior. Son ideales para lugares de mucho tránsito ya que no queda la marca de las pisadas. Puedes también colocarlas en la pared, como la de la imagen.
– Boucle estructurado: Tiene diversos bucles a diferentes alturas, lo que genera varios relieves y ofrece una variedad estética mucho mayor que las de boucle liso pero conservando las mismas ventajas, así que son ideales si quieres algún diseño más especial y elaborado.
– Pelo cortado: Es muy suave al tacto y se reconoce fácilmente ya que tiene aspecto aterciopelado. Es una capa de pelos cortados que se colocan como si fueran bucles cortados en las puntas. La cantidad de hilos es muy variable así que su calidad y precio también lo son. Las que tienen más pelo son las más resistentes, lo que las hace también más caras que otras.
– Frieze: Son como las de pelo cortado pero pasan por un proceso de fijación especial de los hilos que la hace más duradera y perfecta para zonas muy transitadas. Disminuyen mucho la marca de las pisadas.
– Combinadas: Hay muchas que son también una combinación de texturas como el boucle y pelo cortado o diferentes niveles de una misma textura. Además, hay algunas que pueden llevar un pequeño trozo de otros materiales como el cuero, la madera o el bambú.