Hoy en día no solo se habla de lo útil que es un mueble o de lo bonito que es un complemento decorativo. También hay espacio para hablar de la sostenibilidad en el mundo de la decoración, algo que me parece necesario y que poco a poco se está extendiendo por todo el mundo.
Los principales fabricantes se están poniendo las pilas cuidando al máximo los procesos de diseño, fabricación y distribución de sus productos, lo cual es fundamental para garantizar que los artículos que compramos son respetuosos con el medio ambiente. Sin embargo, ¿qué papel jugamos nosotros como consumidores?
Pequeños gestos que al sumarse son muy grandes
Al igual que sucede con el reciclaje de envases o con el uso del transporte público, en nuestro día a día también debemos mirar por otros gestos a los que no se les presta tanta atención, a pesar de que son muy importantes y contribuyen a que en nuestro planeta se respire un aire más puro.
Críticos con las empresas y con nosotros mismos
Aportar un granito de arena, por pequeño que sea, siempre es bienvenido. ¿A qué me refiero con eso? A que hay que tenemos que cambiar el chip como consumidores y empezar a actuar basándonos en una serie de criterios que las empresas deberían cuidar para no perder cuota de mercado.
Hay detalles fundamentales como el empleo de materiales ecológicos, el uso de energía renovable en las fábricas o el packaging eco-friendly. Y no solo eso, sino que hay que hacer todo lo posible por sacar a relucir las famosas tres erres de la ecología: reducir, reutilizar y reciclar.
No compres por comprar
Otro tema importante tiene que ver con el de reducir el número de objetos decorativos al máximo. No es que los ecologistas sean fans del minimalismo, ni mucho menos. Lo que ocurre es que al medio ambiente le viene bien que solo compremos lo imprescindible, que no acumulemos figuras y jarrones en un cajón olvidado.
Reciclar es más barato y nos hace únicos
Ni siquiera es necesario comprar cuando existe la posibilidad de reciclar. Si eres un poco manitas verás que no es tan complicado crear tus propios elementos decorativos. Es cuestión de ponerle ganas. Puedes reciclar sillas, neumáticos, maletas, escaleras, botellas de plástico… Las posibilidades son casi infinitas y los resultados siempre son únicos, ya que nadie tendrá un producto idéntico al que habrás «diseñado» con tus propias manos.
¿Otra buena forma de decorar siendo responsable con el medio ambiente? La de coger hojas secas, piñas o conchas de la playa que pueden quedar de maravilla en función de la época del año.
Las plantas siempre tienen cabida
Para terminar, me gustaría recomendar el uso de plantas. Son decorativas, aportan frescura y alegría, logran que determinados espacios luzcan más acogedores… Todo eso y mucho más, ya que también son fundamentales para lograr que nuestro hogar sea lo más sano posible.