La nueva generación de suelos textiles está dando mucho de qué hablar. Cada vez son más las personas que deciden apostar por este tipo de suelos para que su casa tenga un toque distintivo. Hay que tener en cuenta que en muchas ocasiones es una apuesta segura, económica y atractiva. Además, se limpian fácilmente y pueden durar mucho tiempo.
Los textiles para los suelos se pusieron muy de moda durante la década de los 70. Además, en países como Estados Unidos sigue siendo habitual ver este tipo de pavimento en las viviendas. Por eso hoy en día podemos encontrar varios tipos de textiles que pueden encajar a las mil maravillas:
Textiles naturales
Son los que se emplean cuando lo que se busca es calidez. La sensación acogedora que son capaces de transmitir hace que sean los ideales para dormitorios. Las moquetas de lana o algodón 100% son las más habituales, aunque también las hay de lino, seda, sisal o coco.
Si dispones de poco presupuesto, lo más recomendable es que te inclines por las moquetas de lana de pelo corto. Son muy fáciles de mantener y no suelen acumular demasiado polvo.
Textiles sintéticos
Tienen la particularidad de ser impermeables y resistentes a manchas y arañazos. La base es de plástico (vinilo, poliuretano o fibra de vidrio) y se puede colocar sobre el suelo original. Están disponibles en losetas de 50×50 cm y en rollos continuos.
Lo mejor de los textiles sintéticos es que hay una gran variedad de colores y acabados a elegir. Eso hace que podamos integrarlos con relativa facilidad en cualquier estancia del hogar. El grosor mínimo de los suelos textiles sintéticos debe ser de entre 1 y 4,5 mm para que sea duradero.
Mezcla de textiles
Esta mezcla de textiles suele estar compuesta por lana y poliamida. Proporciona todos los beneficios de los textiles naturales y su mantenimiento es igual de sencillo que el de los textiles. Eso sí, hay que asegurarse de que incorpora propiedades antiestáticas y antiparasitarias, pues de lo contrario podemos tener problemas.