Los suelos laminados se han hecho un hueco en muchos hogares. Lo han logrado por méritos propios, ya que a día de hoy se han convertido en una alternativa a los suelos de madera que no deja de ganar adeptos.
¿Por qué? Pues porque son resistentes, inalterables, económicos y muy prácticos. Instalarlos no te llevará mucho tiempo, así que deberías tener en menta esta opción tan útil y realista. Sí sí, he dicho realista. La evolución de los diseños y las texturas empleadas ha logrado generar confusión y atraer a los más escépticos. A veces es difícil distinguir entre un suelo de madera de los de toda la vida y un suelo laminado sintético.
Buena aceptación en el mercado
Da igual que sea para un pasillo, para una habitación o para un comedor obligado a soportar alto tráfico durante la mayor parte del día. Los suelos laminados que se venden actualmente están preparados para dar la talla en cualquier tipo de circunstancia. Son más sólidos que nunca y se han ganado la confianza de todos los consumidores que se han lanzado a la piscina.
Acabados de todo tipo
Hay un montón de acabados. Desde las colección de espiga hasta los tablones más clásicos, pasando por imitaciones de pulidos aceitados o tintados que merece la pena tantear. Además, no hay que olvidar que están fabricados con fibras de madera de alta densidad. Son las que se esconden debajo del papel decorativo y las capas de resina que se encargan de garantizar su validez estética y funcional.
Tú mismo los puedes instalar
Son económicos, capaces de generar calidez en cualquier ambiente y muy fáciles de instalar. Tú mismo puedes atreverte con los que incorporan un sistema de colocación tipo «clic». Gracias a éste, en un día puedes tener listo el suelo de toda una casa de entre 70 y 90 metros cuadrados, así que es una opción muy recomendable si no te quieres gastar dinero en contratar a una persona que sea especialista en la instalación de suelos.
Otro tema que facilita su instalación tiene que ver con su grosor. Es lo suficientemente fino como para que puedas colocarlo justo encima del suelo que venías utilizando. Eso siempre y cuando te asegures de que está nivelado, claro. Un sistema de encaje de ranura y lengüeta te ayudará a terminar tu trabajo sin tener que recurrir a adhesivos.
Durante la instalación hay que asegurarse de que debajo se coloca un aislante que protegerá las láminas de la humedad. De hecho, hasta deberías pensar en el aislamiento acústico y la compensación de irregularidades en la base si quieres hacer las cosas mejor que bien. La junta de dilatación entre las lamas y la pared debe rondar los 8 milímetros.
Las lamas se colocan empezando por una pared que esté recta. A partir de ahí podemos ir colocándolas en las ranuras con una inclinación de 45 grados. Hay que ir bajando con cuidado hasta escuchar el «clic» que nos dice que las lamas están bien conectadas.
Factores de consideración
¿Qué laminado elegir? Deberías tener en cuenta varias cuestiones. La primera, y probablemente la más importante de todas, calcular el tráfico diario. Hay modelos más resistentes que otros, algo que normalmente repercute en el precio a pagar. Si sois muchos y pasáis bastante tiempo en casa, lo mejor es no jugársela y apostar por un modelo que destaque por su solidez. De todas formas, siempre estás a tiempo de optar por varios diseños en función de la habitación que quieras remodelar. Para un uso moderado se establece el nivel de utilización 31. El 32 es para un uso general y el 33 es para un uso intenso.
De la misma forma, también existe una clasificación en función de la resistencia a la abrasión del suelo laminado. AC3 es la moderada, AC4 es la general y AC5 es la intensa. Además de las distintas configuraciones existentes en función de lo que establece la normativa europea, también hay que pensar en los golpes o en los arañazos que pueden producirse al mover muebles y objetos pesados. Como para eso todavía no se ha inventado un baremo que nos permita decir si el nivel es moderado, general o intenso, lo mejor que puedes hacer es preguntar a la persona que te vende el suelo laminado.
¿De qué color?
En lo que al tono perfecto se refiere, yo siempre recomiendo los tonos claros por la sensación de amplitud que son capaces de transmitir. Tonos agrisados y blanqueados son perfectos para tal fin, aunque todo dependerá de tus gustos o de la decoración del resto del hogar. De la misma forma, los diseños alargados te vendrán muy bien en espacios en los que hay poca luz natural.
Si tu casa es de estilo rústico, no hay nada como decantarse por los acabados que recrean las vetas y los nudos de la madera natural. Aportan calidez con un nivel de realismo sorprendente tratándose de suelos laminados.
También puedes encontrar modelos que son calcados al metal, la piedra o la cerámica. Han evolucionado tanto que es difícil que no encuentres un diseño que se adapte a lo que estás buscando.
Tengo un suelo laminado natural de color roble, pero no es de brillo. Me gustaría que brillará algo. ¿ Qué puedo hacer?
Gracias