La decoración de un espacio infantil transmite su esencia creativa por medio de los colores y materiales utilizados en el proceso. ¿Cómo vestir una estancia para alinearla con las necesidades del niño? En Decorablog te damos siete consejos.
1. Analizar el espacio desde el punto de vista infantil
Un lugar puede analizarse como único en sí mismo a partir de las características que lo identifican. Sin embargo, la percepción del entorno se transforma en cada etapa vital. Por ejemplo, la perspectiva de la altura es distinta para un niño o para un adulto. Por ello, es recomendable que la planificación de un espacio infantil sitúe en el centro al protagonista de la estancia. De este modo, es posible seleccionar un mobiliario adaptado a sus necesidades.
Es importante analizar el espacio desde el punto de vista infantil para identificar cualquier peligro evitable y, también, para realzar las características positivas de la estancia.
2. Accesibilidad
Un espacio infantil propicia el dinamismo, el juego, la interacción y el descubrimiento. ¿Pero cómo decorar una estancia para realzar la autonomía del peque durante su proceso de crecimiento? Un entorno cómodo, práctico y accesible es aquel que facilita la libertad de movimiento.
Por ejemplo, un espacio que ha sido decorado siguiendo la inspiración del Método Montessori pone en valor la importancia de la accesibilidad. De este modo, la posición de los materiales y recursos se encuentra al alcance del propio niño.
3. Pocos elementos para realzar la amplitud
El juego está presente en cualquier espacio infantil. Por ello, conviene crear un contexto creativo para el entretenimiento. El exceso de detalles decorativos ocupa demasiado espacio. Por ello, es recomendable simplificar la organización del entorno para incrementar su practicidad y funcionalidad. El espacio vacío multiplica la sensación de orden visual en el entorno. También subraya el protagonismo de un punto focal que embellece el entorno con su presencia.
4. Conexión con la naturaleza
Los juegos al aire libre, la interacción con el entorno y la conexión con el paisaje son experiencias que favorecen el bienestar infantil. ¿Cómo conseguir que una estancia se extienda más allá de sus propios límites? La decoración de las paredes, tan frecuente en un cuarto para niños, es una fórmula que produce este efecto. La pared se convierte en un lienzo que invita a mirar más allá. Por otra parte, los colores suaves y naturales crean una atmósfera creativa y relajante en el lugar.
5. Soluciones para incrementar el orden
El orden es esencial en un espacio infantil porque favorece el aprendizaje y la seguridad. Además de contar con un mobiliario adecuado para organizar los juguetes, los libros y otros materiales, conviene integrar accesorios prácticos para planificar dónde colocar cada cosa. Las cestas de mimbre y las cajas decorativas son opciones habituales.
6. Analiza las necesidades actuales como temporales
La decoración de una estancia infantil muestra la belleza de una etapa de la vida que se caracteriza por la diversión, el crecimiento y el aprendizaje. Sin embargo, ese lugar deberá adaptarse a la nueva realidad del protagonista cuando la niñez quede atrás.
Cualquier propuesta de decoración es temporal en sí misma, pero los cambios son todavía más visibles en un espacio infantil que se transforma. Por ejemplo, los muebles evolutivos para bebés se adaptan a las necesidades de los niños.
7. Diferenciación de ambientes en un espacio para niños
Cuando un espacio infantil ofrece usos diferentes, es importante que cada zona tenga su propio lugar. La distribución de los muebles y la utilización de los colores favorecen la diferenciación de ambientes en un entorno en el que las distintas partes mantienen su armonía definitiva. Un espacio infantil es vitalista, original y creativo.