Pintar las paredes de color blanco es una elección habitual por la atemporalidad que esta propuesta añade a la decoración. Además, esta base realza distintos estilos decorativos como el nórdico, el rústico, el clásico o el contemporáneo. Vestir las paredes con este recurso no implica renunciar a la presencia de otros tonos con mayor intensidad. Precisamente, esta base ofrece la versatilidad necesaria para transformar el interior con distintos cambios. Un cambio que es inherente a la vida en un hogar en el que se producen distintas novedades estacionales.
Arte sobre las paredes
Existe una razón por las que pintar las paredes de color blanco siempre es un acierto: este fondo cede el protagonismo a aquellas obras de arte que, al igual que en un museo, invitan a la contemplación y el disfrute. Elige la mejor perspectiva para situar en el salón una obra de un artista que aporta un acento único a tu hogar. En ese caso, la obra luce su mejor versión sobre esta superficie.
Total White Soft
Conseguir una decoración en blanco total implica renunciar a aquellas notas de color que crean un contraste. Un espacio de este tipo luce paredes de color blanco en un lugar equipado con muebles que tienen este mismo acabado.
Esta inspiración resulta elegante y crea un entorno diáfano. Sin embargo, también existen variantes que permiten utilizar este esquema, pero integrando otras tonalidades como el gris o la madera clara. El resultado final muestra un conjunto en el que el equilibrio es la nota predominante.
Decorar una cocina luminosa
La cocina es una de las estancias más importantes del hogar. Allí pasas mucho tiempo inmerso en tareas esenciales como la elaboración de los menús semanales. Esta estancia recibe luz del exterior pero también puede crear esta belleza desde el interior. Las paredes de color blanco proyectan esta claridad desde el corazón del hogar.
Pared de ladrillo blanco con efecto envejecido
Al decorar una estancia de tu casa es importante que, en primer lugar, identifiques cuál será el punto focal. Este detalle que llama la atención a simple vista no tiene por qué ser un mueble o una ventana, sino que la propia pared puede poseer el encanto imprescindible para alcanzar este nivel de protagonismo. Este es el caso de una pared de ladrillo en color blanco que tiene un bello efecto envejecido. Un acento desgastado que eleva el estilo de la habitación.
Decoración de espacios abiertos
Muchas viviendas transforman su esencia original con un proceso de cambio que da lugar a una nuestra estructura de espacio abierto. Una tendencia que resulta especialmente frecuente en la decoración de una cocina y un salón que están comunicados. Pues bien, pintar las paredes de color blanco en la decoración de espacios abiertos también es un acierto de estilo para lograr esta sensación de continuidad que resulta tan necesaria en este contexto.
Decorar la pared con espejos
El color blanco crea un espacio acogedor. Un entorno agradable que invita a disfrutar de esa estancia. No solo las paredes pueden vestirse con el arte de distintos cuadros, sino que los espejos crean una bella composición, como ocurre en el ejemplo concreto de la imagen de este artículo. Espejos que están colocados en una perfecta simetría y que proyectan la iluminación del lugar. Además, también puedes situar un gran cuadro directamente sobre el suelo, como en el ejemplo de esta decoración.
Esta selección de espacios con las paredes pintadas de color blanco pueden inspirarte si deseas renovar tu casa en un futuro próximo. Este tono resulta especialmente bello en casas pequeñas que realzan su amplitud con esta nueva perspectiva.