La decoración es un elemento importante de la propia vida porque viste el hogar desde el interior para adaptarlo al estilo de vida de la familia protagonista. El estilo nórdico es uno de los preferidos para el invierno. ¿Cuáles son las fortalezas de esta estética?
1. La influencia de la luz en el estado de ánimo
Este es un tipo de interiorismo que, por sus propias características, pone en valor la fuerza de la luz como un elemento protagonista en una estancia. Algo que se consigue no solo a través del aprovechamiento de la luz natural, sino también del uso efectivo de tonos claros. Desde el punto devista de la salud emocional, el hogar como metáfora de luz también tiene un impacto terapéutico en el estado de ánimo a través del estímulo de la alegría.
2. La belleza ornamental de las plantas
El estrés produce efectos negativos en la salud emocional. El contacto con la naturaleza es una de las recomendaciones más importantes para reforzar este estado de bienestar. El estilo nórdico también se alimenta del poder ornamental de las plantas de interior como elementos visuales que embellecen una estancia. Por tanto, no necesitas tener una zona de terraza o jardín para deleitarte en las tareas de jardinería gracias a la ubicación de estos detalles de interior.
3. Clima agradable y acogedor
Este tipo de ambientación es ideal para crear un clima acogedor que invita a permanecer en él. El nesting es una de las opciones preferidas durante el fin de semana en invierno. Es decir, vivir el sábado y el domingo al compás de los planes improvisados en casa en función del apetecer como un método de descanso frente al estrés semanal.
La verdadera decoración es aquella que va más allá de la estética para inspirar sensaciones de confort como ocurre con el estilo nórdico. La madera es un elemento protagonista en este estilo. Un material que produce este efecto.
4. Creatividad
Si te encanta la decoración y te gusta romper la monotonía del hogar, la base del estilo nórdico es perfecta para lograr este objetivo ya que admite elementos de otros estilos que, integrados en este marco decorativo, adquieren una nueva interpretación. Por ejemplo, puedes elegir detalles propios de la estética industrial. Por tanto, este estilo es perfecto para evitar el aburrimiento que puede producir la experiencia de un espacio que se torna repetitivo por el contacto diario.
Esta organización del espacio también facilita la realización de las tareas de la casa desde el punto de vista de la gestión del tiempo.
5. Minimalismo
Una de las características del estilo nórdico es el minimalismo. Es decir, el elogio de la sencillez que en su base muestra una filosofía de vida. La visión práctica de la decoración es una constante en esta forma de entender la decoración. Lejos de crear espacios recargados, cada elemento tiene una razón de ser, es decir, una utilidad práctica.
A partir de esta sencillez es posible multiplicar el espacio. Y esta forma de organizar los distintos rincones también repercute de manera constructiva en el mantenimiento del orden externo que, a su vez, es una invitación para el equilibrio interno.
6. Ecología
El cuidado del medio ambiente no solo repercute de manera constructiva en el cuidado de la naturaleza, sino también, en el estado de ánimo. El estilo nórdico es perfecto para integrar materiales de esencia natural que son una clara apuesta por la sostenibilidad y la belleza más auténtica.
Por tanto, la estética nórdica gusta por su visión atemporal, pero también, por los efectos nutritivos que los hogares que siguen estos principios producen sobre el estado de ánimo de las personas.
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