Salones modernos: cuatro propuestas


El salón es el centro neurálgico de la casa, el lugar donde se vive, se comparte, se invita, se recibe… Y donde se echa la siesta, se juega y se disfruta. Por eso, es importante que la decoración de esta estancia tan imprescindible sea acogedora y práctica, pero también atractiva y personal. La modernidad no está reñida con el clasicismo, y eso es algo que podemos comprobar en estos preciosos salones, cada uno basado en un estilo y un color.

El primero tiene una decoración que se ha convertido en una opción de tendencia: la combinación de blanco y negro. El precioso suelo de madera oscura en espiga aporta el toque dinámico a un ambiente basado en las líneas rectas y la sobriedad. Los sofás grises y mullidos con estructura de acero invitan a la conversación, mientras que las persianas y paredes blancas reflejan la luz que entra por los ventanales.


Menos seria pero igualmente espectacular es la decoración de este gran salón. Una vez más triunfan las paredes blancas, pero en este caso el protagonismo se lo lleva la pared del comedor: pintada de rojo y decorada con grandes letras blancas. Un acierto total… Como también lo son los muebles blancos y rojos de tipo retro, el suelo de madera clara y la alfombra de rayas.


Clásico a tope, este salón tiene como centro de atención el sofá de terciopelo verde musgo. Un color que se quedó en los años 80 para volver con fuerza en el siglo XXI. El blanco, el gris y el color naranja óxido (en la butaca de la derecha) combinan a la perfección con este clásico tono, que añade calidez al suntuoso terciopelo.


Mi favorito: la Marilyn de Warhol preside este gran loft de altísimos techos, cuyas paredes han sido pintadas con acierto. La superior, en un neutro tono arena; la inferior, en blanco, y la de la derecha es de bloques de hormigón. La escalera de peldaños de madera volados con barandilla de paneles de vidrio es magnífica, ligera y atractiva al mismo tiempo. De nuevo, triunfan los sofás con estructura de tubos de acero, que son igual de bonitos por delante que por detrás.

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