Reparar tejas del tejado


Las inclemencias del tiempo afectan a nuestro tejado. Temporales de viento, lluvia y nieve originan numerosos daños en los tejados de prácticamente todas las casas. Los problemas más frecuentes son la rotura o desplazamiento de las tejas. Cuando esto ocurre, es bastante posible que aparezcan goteras y filtraciones en el interior del edificio, incluso pueden llegar a deteriorar el armazón de la cubierta. Pero para evitarlo, existen fórmulas que aumentan la protección del tejado y refuerzan su estanqueidad. Aunque al final, la mejor solución termina siendo sustituir las tejas rotas por otras nuevas en buen estado.

La teja mixta (mecánica o de encaje), es la opción más utilizada para recubrir un tejado, puesto que se disponen en hilera y se encajan unas junto a otras sin necesidad de clavar clavos. Ante de eso, conviene retirar por completo los restos de la cubierta dañada y fijar de forma correcta las nuevas piezas. Al terminar será preciso retirar los calces biselados. Mientras que si las tejas que componen la cubierta son planas y no están clavadas, la operación será la misma pero revisando con más detenimiento los listones del tejado.

Si por el contrarío, tenemos una teja plana clavada, necesitaremos el sacaclavos de tejero. Este utensilio se introduce por debajo de la pizarra dañada y se golpea con la ayuda de un martillo para romper los clavos de fijación. Así conseguimos soltar la teja, retirar los fragmentos rotos y cambiarla por la nueva pizarra. Para fijarla, es aconsejable emplear clavos galvanizados, reforzados con arandelas estancas de plomo para aumentar la sujeción.

Previene todos los accidentes posibles sobre el tejado. Trabajar en las alturas sobre una superficie irregular e inestable puede ser bastante peligroso, conviene tomar precauciones. La mejor manera de acceder al tejado es a través de una escalera bien sujeta. Nunca subas a lo más alto de una casa si está lloviendo o el suelo se encuentra mojado porque puedes resbalar.

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