Nadie puede resistirse a una reforma de vez en cuando. Los años pasan y los pisos envejecen, así que no queda más remedio que actualizarlos con un buen lavado de cara, no solo pintando y cambiando cuatro objetos decorativos.
Como es lógico, una reforma no suele ser nada barata, aunque por suerte siempre podemos recurrir a los préstamos para que nuestras arcas no se resientan demasiado. De hecho, es lo que hacen miles de personas todos los años para no tener que renunciar a algo tan ilusionante como necesario.
¿Reforma completa o reforma por partes?
Puedes empezar por la cocina y el baño, o puedes pedir una reforma integral para olvidarte de todo tras unas semanas de intenso trabajo. Todo dependerá de la urgencia que tengas y de lo mucho o poco que quieras invertir en modificar todas y cada una de las estancias.
Define tu presupuesto y compara
Lo que es muy importante es que tengas claro el presupuesto que vas a destinar. Con eso, y con varias propuestas en mano para comparar precios, servicios y materiales, podrás tomar la decisión más acertada en base a tus gustos y necesidades. Déjate asesorar por profesionales y tómate tu tiempo para dar el visto bueno al inicio de los trabajos.
Paga sin preocupaciones tras solicitar un préstamo
Como hemos comentado anteriormente, pedir un préstamo es una muy buena opción a la hora de afrontar un gasto como el que supone una reforma. Uno de los más destacados es el de Cetelem, ya que te permite acceder a una financiación a medida con hasta 60.000 euros y desde un 6,95% TIN (7,18% TAE).
Si visitas la página web de Cetelem podrás simular tu préstamo para reformas del hogar. Solo tienes que indicar la cantidad que quieres financiar y los meses en los que te gustaría devolver el importe para conocer la mensualidad.
Préstamos como el de Cetelem vienen muy bien para todo tipo de obras; desde pequeños arreglos que tienen que ver con la electricidad, la climatización o las ventanas, hasta grandes reformas que implican la reconstrucción de toda una estancia. ¿Qué significa eso? Que no hay excusa que valga.