Por mucho que la gente quiera negarlo, en casi todas las casas del mundo existe el desorden. Las cosas se van apilando sin saber por qué, las habitaciones se llenan de ropa sucia, la mesita del comedor está llena de revistas que no sirven de nada y en el garaje acumulamos todos aquellos objetos que nos da pena tirar aunque no nos sirven para nada. Evidentemente, con el desorden la vida se vuelve más estresante, nada tiene que ver con la tranquilidad y el relax que puede aportar el Feng Shui en una estancia. Sin embargo, la manera de solucionar ese problema pasa por realizar unas cuantas acciones a diario que no quitan demasiado tiempo. Tomad nota:
Limpieza: Está claro que hay que limpiar periodicamente todas las habitaciones. No hay que esperar a que el polvo se acumula a más no poder para pasarle el paño a aquella figurita que tenemos encima de la estantería mirándonos con cara de pena porque no puede más. Una vez a la semana hay que limpiar toda la casa, recogiendo todos los objetos, limpiando el polvo, fregando y pasando la aspiradora si es necesario.
Almacenamiento para toda la familia: Para que los integrantes de tu familia puedan colaborar, es imprescindible que tengan espacio de almacenamiento para guardar sus objetos. De lo contrario, terminarán por dejar las cosas en el primer sitio libre que vean. Cestas para guardar revistas, cajas para que los niños coloquen sus juguetes, archivadores para la oficina y el escritorio de los más pequeños de la casa… Tienes que ingeniártelas para que todo tenga su lugar de almacenaje.
Enseña a tu familia a ser ordenada: Si tu eres ordenado y quieres que el resto de tus familiares también lo sean, muéstrales el camino. Pídeles que te ayuden a tirar cosas que ya no sirven, pues es probable que sean de ellos y no sabes bien bien si las van a necesitar en un futuro o no. La colaboración será fundamental, no cargues todo el peso de la limpieza sobre tu persona.
Almacenamiento vertical: Utiliza estanterías y estantes para ordenar todo lo que puedas. Piensa que es una buena forma de ahorrar espacio el hecho de utilizar todos los centrímetros cuadrados destinados al almacenaje. Coloca los objetos y la ropa de temporada en la parte más alta si no va a darle utilidad hasta dentro de unos meses. Guarda a una altura más razonable lo que sí vayas a utilizar con frecuencia.
Programación: Fíjate en todo lo que se va acumulando semana tras semana. Cartas, revistas, publicidad… Está bien tener todo eso en la mesa del comedor durante un día, pero después ya no servirá para nada. Ves haciendo limpieza antes que se acumulen papeles correspondientes a verias semanas.
Imagina lo bien que te sentirás cuando todo esté ordenado: Una buena forma de motivarse antes de afrontar el desorden es pensar en lo bien que se va a estar cuando todo esté ordenado y en su sitio. La casa se verá más despejada y dará gusto estar en cualquier estancia. Eso te ayudará a relajarte y hará que limpiar se te haga menos cuesta arriba semana tras semana.
Orden y diversión: Está muy bien ser ordenado y estricto, pero también puede ser que orden y diversión vayan de la mano. Eso ayudará a que los más pequeños de la casa colaboren a la hora de tenerlo todo bien limpio y en su sitio. Será un incentivo para todos.
Guardar las cosas una vez se han utilizado: Como hay que hacer en la cocina, lo ideal es guardar todo después de utilizarlo. Debes enseñar esto especialmente a tus hijos, para que tengan su habitación siempre limpia y ldespejada, con los juguetes en el lugar donde deben ir.