Para redecorar una habitación no siempre hace falta que se hagan obras en ella. Esto parece muy sencillo si hablamos de estancias como un despacho o el cuarto de los niños. Pero, ¿y si nos referimos a la cocina? Un lugar donde los electrodomésticos ya tienen su ubicación y los armarios empotrados y vitrocerámica la suya. Aunque no lo creas, existen soluciones muy sencillas para reformar la cocina sin necesidad de meter obreros en casa.
La cocina está muy deteriorada. Desde que se colocaron los azulejos y se amuebló no se ha tocado, por lo que hay que empezar con darle un lavado de cara. Lo ideal es limpiar primero a fondo todos los muebles que ya hay y una vez se haya hecho, proceder para darle un toque distinto.
Pintar los azulejos
La cocina ha de ser un espacio luminoso y agradable para estar. Elije un color que aporte ese toque de luminosidad. El verde manzana, el amarillo, el azul clarito, el lila y el beige son ideales para aportar esa luminosidad que queremos. Compra botes de pintura, los vas a necesitar.
Para cambiar el estilo de la cocina no hace falta quitar los azulejos y sustituirlos por otros. Un truco muy sencillo es pintar los azulejos y darles un toque totalmente distinto al que ya tenían. Si lo prefieres, también puedes emplear la cinta adhesiva washi tape para crear azulejos diferentes.
Falso suelo
Algunos armarios empotrados los puedes sustituir por baldas a juego con el color de cocina que hayas escogido. Asimismo, deberías darle al resto de muebles un aspecto exterior distinto. Para ello puedes comprar tiradores diferentes y colocar chapas de colores en las puertas para simular que se trata de armarios diferentes.
En cuanto al suelo, no hace falta cambiarlo. Encima puedes añadir un falso suelo. Por ejemplo, hay cocinas con tablas de madera que asemejan parqué.
Lo único que falta es añadir unas pegatinas divertidas a la nevera y comprar sillas y mantel nuevo para la mesa de la cocina. Seguro que tus invitados se asombran del cambio que ha dado de repente la habitación.