Las zonas ajardinadas siempre han sido la delicia de mayores y pequeños. ¿A quién no le gustaría tener en casa un lugar de esparcimiento con césped? Eso nos preguntamos nosotros. Sin embargo, el césped natural requiere de muchos cuidados, se llena de bichos rápidamente y exige una dedicación que no todo el mundo es capaz de procurarle. Por eso te damos una opción más cómoda y resistente: el césped artificial.
Lo primero que deberás saber es que existen diferentes tipos de césped artificial. Según el uso que se le quiera procurar éste será decorativo, deportivo o de interior. Todo depende de dónde lo vayas a colocar. Si es para una zona donde van a jugar los niños, mejor que sea deportivo, mientras que si lo piensas poner en una terraza, lo más apropiado sería que fuera decorativo.
Césped sintético para zonas transitadas
Si piensas poner el césped en una zona que sea muy transitada, como podría ser la entrada de casa, lo mejor sería optar por un césped sintético. El césped sintético es uno de los más resistentes que existen en el mercado, ya que su composición hace que el materia pueda recuperarse rápidamente después de cada pisada sin necesidad de lamentar un gran deterioro del césped.
Poliuretano vs látex
Hay otro tipo de césped que es el de poliuretano. Éste tiene un precio más elevado respecto al césped de látex, pero las ventajas también son mejores. El césped de poliuretano no se deteriora con la humedad, es de fácil instalación y tiene un corte limpio, también es reciclable y tiene una garantía tres veces superior a la del césped de látex.
Por el contrario, el césped artificial de látex se va deteriorando conforme pasa el tiempo a una velocidad mayor que el de poliuretano. Además, cuando la temperatura alcanza los 0ºC se comienza a cuartear y aunque es más económico los problemas de desgaste son mayores.