¿Tienes pensado cambiar el sofá del salón? ¿Qué te parece si escoges un sofá blanco? A pesar de la mala fama que tienen de ser poco prácticos lo cierto es que esconden numerosas ventajas, como que son ligeros y luminosos.
La elección del sofá siempre crea cierta inquietud, especialmente, si te ha rondado por la cabeza elegir uno de color blanco. Y es que como te hemos comentado, tienen bastante mala fama. Sin embargo, no resulta mala idea escoger este color para esta pieza tan importante del salón y del hogar en general. Te contamos por qué a continuación.
Jugar con el color
Por un lado, un sofá blanco, junto a las paredes en el mismo color, crea una base neutra ideal para mezclar diferentes estilos, ya que encaja bien con cualquier tendencia, material y textura.
Por otro lado, los sofás blancos te permiten jugar con el color. Por ejemplo, puedes pintar la pared en la que se apoya con una tonalidad intensa y atrevida para crear un impacto visual y el marco perfecto para destacar esa pieza. Además, te permite experimentar con los cojines.
Luminosidad
Como puedes comprobar, los sofás blancos aportan una sensación de luminosidad, sobre todo en tejidos naturales, lino y algodón. Si cuentas con muebles de madera, el resultado es cálido y la pieza luce todavía más. Por otro lado, el blanco resulta relajante a la vista y aporta tranquilidad a la estancia. Por eso, es ideal para las personas más inquietas.
Para que no se estropee
Lo mejor es escoger un sofá desenfundable con un tejido resistente y de calidad. Pero además de la suciedad, el roce es su mayor enemigo, por lo que es recomendable optar por tejidos resistentes y con textura.