Pintar con agua es un truco muy utilizado para ahorrar pintura y rebajar el grado de saturación de los colores. Podemos conseguir infinidad de tonalidades mezclando la puntura base con un poco de agua. La clave está en las proporciones de la preparación.
Tonos fuerte: diluir una parte de pintura en diez de agua
Tonos suaves: 30 partes de agua por una de pintura.
La mezcla se debe realizar en un recipiente cerrado hasta diluir por completo la pintura en agua templada. Antes de pintar la superficie, conviene hacer pruebas de color para ver si es la tonalidad deseada.