Actualmente hay una gran variedad de tipos de pinturas para que puedas elegir la perfecta para cada estancia, teniendo siempre en cuenta las necesidades y usos de cada una para poder utilizar siempre la adecuada. Por ejemplo, la pintura que pongas en la cocina o en el baño tienen diferentes requisitos que la que pongas en el salón, y es que en los dos primeros casos siempre habrá más humedad o grasa que en otras estancias.
Hoy me gustaría recomendar uno de los mejores tipos de pintura que hay para cocinas y cuartos de baño: la pintura vinílica. Esta pintura es perfecta para estancias en las que hay humedad ya que son mucho más resistentes a esto que cualquier otra pintura que hay en el mercado. Esta pintura tiene un efecto y un rendimiento similares al que proporcionan los azulejos, así que es la mejor opción si éstos no te gustan o si quieres combinarlos con pintura.
Con otras pinturas, como por ejemplo con pintura al temple, en estas estancias aparecen manchas de humedad e incluso en algunos casos se llega a desprender, mientras que con las pinturas acrílicas pueden aparecer ampollas o un efecto abombado. Así pues, la pintura vinílica se convierte en la mejor opción para cualquiera de estos dos lugares.
La pintura vinílica tiene un tratamiento anticondensación que protege la pared del mismo modo que lo hacen los azulejos, así que podrás utilizarla sola o combinada con ellos para conseguir un revestimiento mucho más original y duradero. Dado el éxito que tienen, puedes encontrarlas en multitud de colores, así que seguro que consigues la que más encaja en la decoración que tengas en cada una de esas dos estancias.
Otras de las ventajas que tiene este tipo de pintura es que se seca rápidamente y es muy lavable, algo importante especialmente en la cocina ya que siempre se acumula no solo humedad sino también mucha grasa. La podrás limpiar pasando únicamente un trapo húmedo, y para aplicarla se hace como cualquier otra pintura, aunque con un rodillo es mucho mejor ya que será más rápido y eficaz.