La pintura metalizada no sólo se utiliza en el sector de la automoción para dar color a la carrocerías de los coches, también se utiliza en la decoración para obtener resultados espléndidos en diversos materiales, en paredes, techos y mobiliario.
La pintura metálica está de moda y es cada vez más normal encontrarla tanto en interiores como en oficinas. Son colores que aportan energía a espacios que han perdido algo de vida. Normalmente lo que se busca con ellas es conseguir imitaciones de materiales tan diversos como el hierro, el acero, el topacio, el cobre, el oro o el metal avejentado.
Lo que podemos lograr con este tipo de pintura es una decoración clásica. Sin embargo, algunos se inclinan más por la decoración industrial, pues no hay que olvidar que los colores metálicos son los que predominan en la industria.
Las pinturas metalizadas que existen en el mercado son de color oro, plata o bronce, conseguidas gracias a combinaciones azuladas, rojizas, ocres o verdes. El acabado es brillante, aunque eso dependerá también de la cantidad de capas que apliques. Lo ideal es que, tanto para paredes y techos como para mobiliario, vayas dando capas finas. Si la superficie donde vayas a aplicarla es porosa, deberás tapar antes los agujeros.