En español, seguro que esta curiosa definición no os suena demasiado. Pero los fanáticos de la decoración seguro que reconocen la terminología inglesa: duck eggshell paint. La traducción de este término es literalmente “cáscara de huevo de pato”, y es uno de los tonos más apreciados y empleados en la decoración de los ambientes típicamente ingleses.
Las pinturas conocidas como “cáscara de huevo” (eggshell) son normalmente tonos en acabado satinado que oscilan entre el blanco roto y ciertos tonos de azul o beige. La que aparece en esta fotografía es la clásica duck eggshell inglesa.
La pintura se puede encontrar en la página web de Susie Watson Design, y como podéis ver, tiene un tono indefinido lleno de encanto que aporta un toque bucólico y campestre a los ambientes. La iluminación de la fotografía puede llamar a error (ya que le da a la pared un tono verdoso), porque en realidad la pintura de cáscara de huevo de pato siempre muestra un tono azulado muy claro, característico de los huevos de algunas de estas aves. Este tono es perfecto para ambientes poco luminosos que no queramos pintar en blanco puro, y las paredes de este color quedan muy bien en estancias amuebladas con piezas en color blanco envejecido o maderas claras.
Puedes lograr un tono similar si a un bote de 750 ml pintura plástica o acrílica en color blanco satinado le añades unas gotas de tinte azul (ve contando las gotas por bote para luego poder repetir el color, y anota las proporciones en una etiqueta pegada en la tapa). Remueve cada tres o cuatro gotas para ver la intensidad de azul. Después, añade otras dos gotas de tinte negro y una de tinte ocre. Remueve y pinta sobre un cartón o madera, y deja secar hasta ver cómo quedará el tono definitivamente. “Mancha” la etiqueta de la tapa con un poco de pintura para saber cuál es el color cuando la guardes.