Entre las muchas técnicas que hay para pintar las paredes está la del estuco, de la cual te hablé hace unos días y que tiene diferentes variedades. Normalmente se utiliza un acabado brillante para conseguir un resultado más elegante, pero si no te gustan los brillos o quieres algo más sencillo, te irá genial el estuco mate. Sin duda se convierte en una opción decorativa ideal si te gusta el estuco pero también te gustan las paredes en mate, ¡la combinación perfecta!
A pesar de que el estuco brillo parezca que queda mucho mejor, lo cierto es que con estuco mate conseguimos un acabado mucho más actual, con cierto estilo contemporáneo que quedará genial en cualquier estancia. Además, también tiene la ventaja de que combina genial con cualquier otra pared así que no tendrás que poner todas las paredes con estuco mate sino que puedes poner solo una y las demás con la técnica normal o con cualquier otra.
El estuco mate también queda muy bien con cualquier complemento decorativo, especialmente con aquellos que son más discretos o minimalistas aunque lo cierto es que cualquier estilo combina a la perfección. Su aplicación es igual que en el otro tipo de estuco o con cualquier otra pintura. Lo primero que tienes que hacer es lijar bien la superficie para que quede libre de imperfecciones, y si fuera necesario rellenar con masilla cualquier agujerito para que quede uniforme.
Después ya podrás proceder a pintar, cubriendo con cinta de carrocero los marcos de puertas y ventanas para que no te quede ninguna marca. Si quieres aplicar el estuco mate únicamente en una parte en concreto de la pared, haz lo mismo que ves en la foto, que es marcar la zona con la cinta de carrocero y rellenar el interior con la pintura.