Aunque cuando hablamos de casas que enamoran tal vez nos vienen a la cabeza lujosas mansiones o viviendas muy grandes, también es verdad que hay pequeños estudios que pueden tener mucha magia. Es el caso de este que te enseño hoy, ubicado en Gotemburgo (Suecia), cuyo estilo escandinavo con toques muy naturales creo que no te va a dejar indiferente. Comenzamos este paseo descubriendo todos sus rincones y todos sus detalles.
Estilo escandinavo
Este pequeño apartamento es propiedad de Fanny Henricson, que lo decoró con sumo cuidado y elegancia con un estilo escandinavo en tonos azules y grises sobre una base blanca, con muchas plantas y detalles muy personales. El piso tiene 37 metros cuadrados y está formado por una habitación, una sala de estar, una cocina con un rincón para comer, una pequeña entrada y un baño. Ideal para una inquilina que vive sola.
Algunos cambios realizados
Cuando Fanny compró el apartamento en el año 2009 quitó el armario empotrado para tener más espacio y después le dio un lavado de cara a toda la casa pintándola de blanco. Fueron pequeños cambios e incluso con recursos limitados, pero con los que fue capaz de diseñar un hogar muy personal donde vivir feliz.
La sala principal
Toda la pared de la sala está protagonizada por las ventanas que permiten que la luz natural entre en este pequeño estudio. La habitación está decorada en tonos blancos y azules, turquesas y grises, y se convierte en un lugar muy acogedor y cálido gracias al uso de cojines, alfombras y textiles. Una planta Ginkgo le da muchísima frescura a este espacio.
Detalles decorativos
El mapa de la ciudad de Gotemburgo es uno de objetos más queridos de Fanny. Un tarro de cristal sirve como florero donde poder colocar unas preciosas hortensias y la botella de color turquesa coincide con los colores en el mapa. Todos los detalles están cuidados al máximo, lo que hace que esta vivienda tenga una personalidad muy definida dentro de la elegancia que consigue crear su propietaria con estos objetos.
El dormitorio
La cama está colocada en una esquina de la habitación. La pared de al lado de la puerta es lo suficientemente grande como para que quepa ahí el cabecero. En lugar de una mesita de noche, Fanny ha colocado un estante encima de la cama para guardar algunos libros y objetos decorativos muy especiales. Las hojas verdes frescas de una pequeña Peperomia quedan de maravilla encima de la cama ya que añaden un toque de color y pureza. En el suelo, una caja de madera se convierte en un lugar perfecto donde guardar las revistas.
La cocina
La casa tiene su origen en los años 30 pero no quedan elementos de aquella época. La cocina probablemente es de los años 60. Fanny pintó los armarios y actualizó el espacio para darle un toque fresco y renovado. Una vez más, no faltan las flores, presentes en todos los rincones de la vivienda, ni los libros, que también encontramos en casi cualquier esquina. Las sillas que están alrededor de la mesa de la cocina son todas diferentes, lo que le da un aire muy chulo a la estancia.
Un paseo por este apartamento a través de imáganes
A continuación te dejo con la galería donde gracias a las fotografías de Emelie Ekborg podrás descubrir todo lo que esconde este bonito estudio sueco con aires escandinavos y con la naturaleza y la tranquilidad respirándose en cada rincón. Como te comentaba al principio de este artículo, no es necesario vivir en una enorme casa para disfrutar de un hogar encantador que, realmente, consigue enamorar con cada detalle. Este es un buen ejemplo de ello.