La decoración no solo consiste en elegir los muebles del hogar ni en pintar las estancias de la vivienda de manera que queden bien armonizadas con el resto de la casa. La decoración también implica que de vez en cuando se deban acometer tareas de bricolaje para reparar determinados desperfectos. En esta ocasión, te traemos la solución a un problema muy típico en los hogares. Se cree que las superficies metálicas se han de dejar así y, obviamente, deslucen el resto de la decoración. Te indicamos los pasos que has de dar para pintar el metal y conseguir que tu vivienda quede bien bonita.
Antes de lanzarte a pintar el metal, deberías cerciorarte de que tienes los materiales adecuados para realizar la tarea, esto es, pintura específica para superficies de metal. Antes de abrir el bote y comenzar a usarlo, lee detenidamente las instrucciones del fabricante. Con este tipo de pintura no deberías tener ningún problema, ya que son específicas para materiales de metal.
Limpiar la superficie
A continuación limpia la superficie que quieras pintar. Lo más recomendable es coger un trapo humedecido en agua y proceder a la limpieza. Una vez hayas retirado los restos de polvo del objeto a pintar, pásale una lija para eliminar los restos de robín que puedan haber aparecido en el metal. Cuanto más liso quede el objeto, mejor se adherirá la pintura.
Antes de proceder a darle una capa de pintura, comprueba también que no existan desperfectos en la superficie que quieres pintar. Si existe algún agujero, siempre puedes echarle una capa de masilla por encima para repararlo.
Con el objeto de metal bien limpio, lijado y arreglado, procede a ponerle una capa de antioxidante y después a pulverizar la superficie con la pintura que hayas comprado. Intenta extender la pintura uniformemente por toda la superficie. Una vez lo hayas hecho, espera a que se seque y dale otra mano de pintura para asegurar que el acabado sea perfecto.