La decoración no tiene límites, podemos conseguir resultados espectaculares con algunas técnicas. Por ejemplo, decorar las paredes imitando la piedra, con lo que conseguiremos dar un toque rústico que aporte originalidad. Para ello necesitamos una textura rugosa que se extienda sobre la pared.
Primero tendremos que delimitar la zona sobre la que aplicaremos la textura rugosa y luego preparar la masilla. A continuación, marcaremos unas líneas horizontales y verticales que simularán la anchura de los ladrillos. Luego presionaremos con una esponja natural para conseguir un efecto rugoso. La pared adquiere una forma irregular, muy similar a la de la piedra.
Finalmente y para tener un acabado profesional, repasaremos las juntas con el mango de un pincel y presionaremos sobre las líneas marcadas, para que los trazados adquieran un aspecto irregular en forma de piedras o ladrillos. Cuando se seque aplicaremos una capa barniz acrílico en tono roble.