Paredes retro con papel pintado


Vestían las paredes de nuestra infancia y, más recientemente, los hemos visto en todas sus variantes en la serie “Cuéntame”. Tras décadas de ser denostados, los papeles pintados de estilo retro han vuelto para quedarse. Hazles un hueco en tu casa si quieres conseguir ese aire vintage que triunfa hoy. ¿La clave? Como casi en todas las cosas: la moderación.

Flores, motivos geométricos, figuras irregulares, diseños japoneses… Lo que sea pero bien grande. Esta podría ser una de las características de los papeles pintados retro y, si bien podrían parecer demasiado intensos, lo cierto es que tienen una capacidad decorativa difícil de igualar. Una vez más, lo excesivo se lleva la palma.

¿Originales o nuevos?

Aunque puedes encontrar papeles originales, ya que existen tiendas vintage que los tienen, lo cierto es que no es necesario. Es tanta la aceptación que ha tenido en las casas de hoy, que los fabricantes de papel pintado completaron su oferta con numerosos modelos del pasado. Imitaciones y reediciones de antiguos diseños llenan las páginas de sus catálogos, por lo que no te resultará difícil encontrar alguno a tu gusto.

Además de la estética de las décadas de los años 70, dominada por motivos grandes y colores vivos, se han plasmado sobre papel pintado estilos aún más antiguos: texturas como el damasco, los brocados, motivos con flores pequeñas, tonos suaves, etc. Esto nos lleva a pensar que cuando hablamos de papel pintado retro o vintage, no nos estamos refiriendo solo a un estilo o a una época.

Combina y triunfarás

Las tendencias actuales a la hora de utilizar el papel pintado retro se basan, sobre todo, en una premisa fundamental: controla los excesos. Y para lograrlo, nada mejor que combinar. Ahí está la clave: combinar una pared empapelada con grandes dibujos y llamativos colores, con otras lisas y más suaves. O combinar alegres flores con rayas sobrias.

Usa lo retro, en este caso el papel pintado, para realzar un elemento decorativo o arquitectónico de la habitación. Y si eliges un diseño de gran formato, procura no sobrecargar el ambiente. Mejor, aligéralo dejando pocos muebles y acertarás de pleno.

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