Hasta hace bien poquito estaban reservadas para oficinas, pero cada vez es más habitual verlas en la decoración de los hogares. Nos referimos a las paredes de cristal, que además de resultar elegantes y ligeras, amplían visualmente las estancias y permiten el paso de la luz.
A la hora de decorar nuestro hogar suelen venirnos miles de ideas a la cabeza y, aunque algunas puedas resultar descabelladas en un principio, pueden convertirse en soluciones realmente prácticas y decorativas. Es el caso de las paredes de cristal, que aportarán un toque moderno y funcional a tu vivienda, además de otras muchas ventajas.
Una sensación visual incomparable
Sin lugar a dudas, la principal ventaja de las paredes de cristal es el efecto visual que producen, consiguiendo una sensación de mayores dimensiones y logrando una comunicación entre ambientes sin necesidad de compartirlos. Por ejemplo, una pared de cristal es ideal entre la cocina y el comedor, ya que se puede ver lo que hay al otro lado de la habitación pero los olores al cocinar no invaden el resto de la casa.
Además, la continuidad visual que aportan a los espacios hace que también sean adecuadas en el recibidor, el comedor o en el vestidor.
Luz natural
Otro aspecto beneficioso de este tipo de paredes es que se aprovecha la luz natural muchísimo más. Ésta se transmite de habitación en habitación, creando una sensación de amplitud mayor, por lo que son perfectas para pisos pequeños.
Inconvenientes
Como todo, las paredes de cristal también tienen inconvenientes. Por ejemplo, no están recomendadas para todas las habitaciones. Además, es más caro realizar un tabique de vidrio y aluminio que de otros materiales.
Por otro lado, hay que limitar su uso, ya que si nos excedemos podemos acabar creando una sensación de frialdad que no conviene al hogar.