Motivos por los que merece la pena decorar

¿Qué sería de nuestras vidas sin la decoración? Para muchos es algo más que un pasatiempo. Es una pasión que compartimos con nuestros seres más queridos y que nos lleva a transformar estancias cada cierto tiempo. Es como una especie de reto, una forma de evolución que nunca se detiene, ya que las tendencias van cambiando y nuestros gustos pueden variar, como también pueden hacerlo nuestras necesidades a lo largo de las distintas etapas de la vida. Por eso se plantea como algo emocionante, algo que hay que tomarse con alegría y que no entiende de clases sociales, porque para decorar un hogar no es imprescindible tener mucho dinero.

Cinco beneficios

Seguro que hay más, pero así a bote pronto puede referirme a cinco aspectos positivos relacionados con la decoración. Más de uno ya lo habrás experimentado, y aunque sea difícil darse cuenta, nos invitan a crecer como personas y mejoran nuestra calidad de vida.

Limpieza

¿Prefieres vivir en una casa limpia o en una casa sucia? No tengo datos de un estudio que corrobore lo que voy a decir, pero estoy convencido de que las personas que aman la decoración tienden a limpiar con más regularidad sus casas. Aunque existen excepciones, si te gustan los coches limpiarás más veces el tuyo que si no te gustan. Eso no quiere decir que al que no le gusta decorar no limpia su casa.

Orden

Va bastante relacionado con el tema de la limpieza. Una persona que se divierte decorando suele ser una persona que no soporta el desorden. La gran excepción la encontramos en esas casas tan recargadas en las que ya no caben más objetos. Sus dueños pueden ser amantes de la decoración, coleccionistas de accesorios y complementos muy caros. Sin embargo, no han dado con la tecla para tener una casa ordenada, y si no lo han hecho es por cuestión de gustos. Nada más.

Creatividad

Dejando a un lado la parte más aburrida de una casa, como puede ser la de limpiar el polvo y ordenar los trastos que hemos ido dejando por toda la casa durante la semana, hay que hablar de un aspecto que tiene que ver con nuestra imaginación. Es verdad que ser más o menos creativo es algo innato, pero creo que las personas que se esfuerzan por mejorar las cosas pueden desarrollar su creatividad. Si te rebanas los sesos pensando en dónde debería ir tal mueble o qué color debería combinar con el de las paredes, estarás alimentando la parte creativa de tu cerebro y empezarás a ver más claras algunas cuestiones que no eras capaz de resolver.

Diversión

Cuando te vas a vivir a un piso empieza la diversión. Para algunos es un proceso pesado y que se alarga más de la cuenta, pero para los amantes de la decoración es como iniciar una aventura llena de sorpresas. Vas a IKEA, a Leroy Merlin, a las tiendas del barrio, a las que venden muebles de diseño, a las que venden lámparas… Te paseas por toda la comarca en busca de los productos ideales. Te haces una idea de cómo podrían quedar gracias a los simuladores de ambientes y no paras hasta que das con el resultado perfecto. La experiencia, salvo casos contados, es enriquecedora.

Trabajo en equipo

Igual de recomendable es trabajar en equipo a la hora de decorar. Si eres miembro de una familia con hijos, deja que ellos decidan por ti los colores y los temas que quieren para su habitación. Tú ya te encargarás de comparar precios y pensar en las necesidades que tendrán. Lo mismo debes hacer con tu pareja a la hora de decorar el dormitorio de matrimonio y otras estancias, porque la decoración no es cosa de hombres o mujeres por separado. Debe ser algo compartido, una lluvia de ideas que puede desembocar en la casa de tus sueños. En la casa de vuestros sueños.