Los muebles no tienen por qué ser siempre los que la decoración convencional nos “manda”. Reutilizar es una de las consignas de las últimas tendencias, y dar un nuevo uso a cosas que ya no sirven es el santo y seña del reciclaje. Este post va precisamente de eso: utilizar cachivaches que ya no nos sirven para nada (o simplemente que nos parecen bonitos) y darles un nuevo uso como mesillas de noche.
Como puedes ver, los ambientes conseguidos con estas sencillas ideas son de lo más elegantes y originales. Y todo, a base de trastos y cosas cuyo uso original no tenía nada que ver con las clásicas mesillas de dormitorio…
Esta primera imagen nos propone dos ideas distintas, pero ambas con un toque romántico y nostálgico perfecto para el dormitorio. A la izquierda, la mesilla de noche se ha sustituido por una sencillísima escalera de obra, de las que se apoyan en la pared, pintada de negro. Ni siquiera necesita baldas: el libro se coloca boca abajo sobre un peldaño; la lámpara es de pinza, y el vaso de agua, sobre el suelo. La propuesta de la izquierda es tan sencilla como apilar cuatro viejas maletas de distintos materiales y tamaños. Esta idea me encanta, porque me trae a la mente viajes por los cinco continentes… Si no tienes suficientes maletas, busca otras viejas en rastrillos y desembalajes, o acude a la familia o los amigos.
Estas dos fotografías continúan con el feeling romántico, pero en este caso los cachivaches que se han empleado como mesillas son algo más peculiares. A la izquierda, un bombo de banda de música hace las veces de mueble, de forma más que eficaz. Y a la derecha, la idea más “minimalista” y básica: fija a la pared un soporte para baldas de metal (cuanto más elegante, mejor), previamente pintado de blanco. Cuelga de él un cubo de metal… ¡Y ya tienes espacio para las revistas!