Aislar una vivienda ya es de por sí un gesto respetuoso con el medio ambiente, pues con ello podemos ahorrar energía y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera. Si además de ello utilizamos aislantes ecológicos, el resultado es todavía más satisfactorio y beneficioso para todos.
Estamos hablando de materiales totalmente naturales fabricados con lino y cáñamo. Uno de los más conocidos es la agramiza, capaz de proporcionar aislamiento tanto térmico como acústico. Es un materíal ingífugo, hidrófugo, no se pudre con el paso de los años y es resistente al ataque de animales como los roedores. Podemos encontrarlo en el mercado de varias formas: a granel, en rollos de fieltro o como paneles semirrígidos.