Rihanna, famosísima cantante nacida en Barbados, es una enamorada de las mansiones, al igual que yo, pero con la diferencia de que ella sí puede comprarse cualquiera que vea y se le antoje. Para la artista, cuanto más grandes y más habitaciones tenga la casa, mucho mejor. Hace un par de años se encaprichó de una villa situada en el exclusivo distrito de Beverly Hills la cual, entre otras cosas, contaba con 10 cuartos de baño, un completo estudio de grabación, piscina, gimnasio, spa, biblioteca y hasta una sala de cine completamente equipada, su precio rondaba los 9,9 millones de dólares.
Tras una visita a la mansión, Rihanna decidió comprársela, pero dejó claro al vendedor que no pagaría la astronómica cifra que pedía por la vivienda. Tras unas duras negociaciones, la cantante consiguió adquirirla en «solo» 6,9 millones de dólares, demostrando sus habilidades en el noble arte del regateo. A pesar de lograr que la bajasen el precio en tres millones sobre el inicial y debido a una serie de problemas personales no llegó a hacerse con ella.
La que iba a ser su nueva casa estaba rodeada por otras propiedades pertenecientes a conocidos celebrities como Jennifer Aniston, Courtney Cox, la guapa Milla Jovovich o Tom Cruise. Por esa época la cantante tenía muchísimos problemas de pareja que desembocaron en más de una agresión con juicio incluido. Poco después, solucionados esos problemas, y con una carrera musical muy asentada, Rihanna se decidió por la compra de una propiedad en la ciudad de Los Feliz de los Ángeles, California.
La nueva casa, que cuenta con unas espectaculares vistas sobre la ciudad, fue construida en 1980, tiene dos alturas, cuenta con un total de 4 dormitorios, 4 baños y una superficie útil de 350 metros cuadrados. La famosa cantante tuvo que desembolsar por ella algo más de dos millones de dólares. Sin duda más pequeña que la anterior, que todavía conserva, pero también hay que decir que en esta no pasará grandes temporadas sino que, en principio, seguirá viviendo en la de Beverly Hills.