Los termos eléctricos se instalan para que suministren agua caliente a toda la casa o a una parte concreta de la misma, como el cuarto de baño. Es recomendable que los coloques en zonas templadas donde el agua de las tuberías no esté muy fría. Este tipo de termo es el más recomendado para las segundas viviendas ya que se hace de él un uso discontinuo y lo soporta mejor que un termo de gas, ya que éste último se estropea si no se usa.
En cuanto a su instalación, si vas a sustituirlo por otro tienes que cerrar la llave de entrada para cortar el paso del agua y también debes desconectar la instalación eléctrica. Después, afloja los racores de unión de las tuberías del que vayas a quitar, vacía el depósito y descuélgalo de los elementos de sujeción que tenga. Uno de los puntos más importantes al instalar un termo es su fijación a la pared. Debes tenerlo siempre en posición vertical y lo más cerca posible del punto de consumo. En cuanto a la pared, para un termo de hasta 100 litros la pared deberá tener entre 14 y 25 centímetros de espesor.
La mejor forma de sujeción para este tipo de termos son las clavijas de expansión, pero asegúrate totalmente de que están bien colocadas ya que aunque aguantan hasta 500 kilos dependen mucho de la precisión con la que las hayas colocado. Si el termo pesara más de 150 kilos utiliza clavijas que tengan como mínimo 15 milímetros de diámetro, si se acerca a los 250 mejor que sean de 18. Cuando ya lo tengas fijado a la pared conecta los tubos de entrada y salida de agua, los cuales deben tener el mismo diámetro.
La toma de tierra donde esté conectado el termo eléctrico debe tener las máximas garantías y para realizar al conexión debes fijarte en las condiciones específicas que tiene cada termo, ya que según el modelo puedes precisar una u otra conexión.