Muchos son los materiales que se pueden utilizar para impermeabilizar el tejado y poder así tener el hogar más protegido frente a humedades o exceso de calor. Los más utilizados últimamente son los materiales bituminosos, que derivan del petróleo y tienen propiedades impermeabilizantes al testar compuestos de asfaltos naturales, betunes asfálticos, alquitranes o breas. Las llamadas placas bituminosas son paneles con una armadura de fieltro de fibra de vidrio recubierta por ambas caras con un elemento impermeabilizante y son muy ligeras y fáciles de colocar. Es la mejor opción para una impermeabilización.
Muchas son las empresas de obras y reformas que pueden realizar esta instalación, que se hace colocando las placas desde abajo hacia arriba, aunque lo primero es colocar una banda de desagüe que protege e impermeabiliza la parte delantera, la cual se puede hacer con la propia placa. Después se pone una primera fila de placas, que han de tener las faldillas orientadas hacia arriba, mientras que la segunda fila se pone sobre la anterior en posición normal, esto es, con las faldillas hacia abajo. Acto seguido se clavan esas dos primeras capas en cinco puntos por encima de cada ranura.
En las demás filas deberán coincidir todos los bordes en la misma línea para que solo se vean las faldillas, intercalando las hileras de manera que coincidan las juntas de unas con el centro de las otras, clavándolas de la misma manera que en la primera fila. Para terminar, hay que recubrir la línea que forma la intersección de los dos faldones de una cubierta (también llamada cumbrera) y las cornisas con una banda fijada con clavos sobre las placas dobles.
Las placas bituminosas son mucho más fiables que el bitumen en sí, ya que éste es más pegajoso y tiene el inconveniente de que se pueden formar ampollas en el tejado. Si eso sucediera, se debe abrir la ampolla con una “equis” que la ocupe por completo. La impermeabilización del tejado puede ser parte de alguno de los muchos programas de subvención para reformas en el hogar.