La responsabilidad social corporativa es algo muy importante, sobre todo cuando eres una multinacional que haces muchas cosas bien, pero que también haces otras muchas cosas mal. A IKEA no solo le basta con replantar cientos de miles de árboles para compensar todo el dispendio de madera que implica fabricar sus muebles, sino que también debe sumarse a iniciativas como las de dejar de vender productos de plástico de un solo uso, algo que sucederá antes de 2020.
Comprometidos con el medioambiente
La compañía sueca se ha comprometido a hacerlo tanto en sus tiendas como en sus restaurantes, así que dejarán de ofrecer pajitas para beber, platos, cubiertos y vasos de usar y tirar de plástico de un solo uso, lo mismo que se puede decir de las bolsas para congelación.
En IKEA quieren ser una empresa “positiva para la gente y el planeta en 2030”, por lo que empezarán a utilizar productos fabricados con materiales alternativos. Lo anunció Torbjörn Lööf, consejero delegado de Inter IKEA Group, que dejó claras cuáles son sus intenciones en una conferencia sobre sostenibilidad que tuvo lugar en Älmhut, Suecia. Pretenden reducir en un 80% su huella ecológica en 2025, y para ello no hay nada como dar pasos de este tipo.
Para conseguir esto diseñaremos productos pensados para ser reutilizados, reparados, reciclados y revendidos.
Lena Pripp-Kovac, sustainability manager de IKEA.
Turquía y España, por este orden, son los dos países que más plástico vierten en el mar Mediterráneo, donde dicho material supone el 95% de los residuos que flotan en sus aguas. Eso amenaza con destruir el ecosistema marino, ya que no son pocas las especies que lo sufren.