Las sillas colgantes son muy decorativas. Me encanta cómo quedan en un rincón de lectura o otro diseñado para, simplemente, desconectar. Las hay de muchas formas, materiales y texturas y hoy quiero darte algunas ideas para que puedas introducirlas en tu vivienda y diseñar un espacio confortable y quizá con cierto toque bohemio.
Las sillas colgantes se consideran una evolución de las hamacas originarias de Centroamérica que también inspiraron la silla Acapulco. Vamos a ver cómo puedes emplear alguna de ellas en tu casa.
¿De qué material elijo mi silla colgante?
La elección del material, tanto de la soga o cadenas que la sujetan como de la propia silla, es muy importante ya que soportará todo nuestro peso y es fundamental que sea resistente y, al mismo tiempo, cómodo para estar sentados en ella.
Puedes escoger, por ejemplo, sillas de ratán, que es un material ligero y flexible pero también resistente, por lo que la silla tendrá un diseño confortable pero robusto al mismo tiempo. Además, como no pesará demasiado no resultará complicado sujetarla en el techo.
Las fibras naturales son muy apropiadas para este tipo de muebles ya que proporcionan una estética muy cálida. El mimbre y el ratán siempre quedan de maravilla, aunque si lo prefieres también puedes hacerte con otro tipo de diseños metálicos o textiles , por ejemplo.
Sillas colgantes en un rincón de lectura
Uno de los usos que más te gusta ya te lo he comentado al comienzo. Si quieres disponer de un rincón de lectura muy acogedor y cómodo para disfrutar con tus libros puedes colgar una de estas sillas, ponerle cojines y algún textil y dejarte cerca tus libros preferidos para refugiarte en ellos cuando tengas ganas.
Lo mismo que para un rincón de lectura sirve para un rincón de relax en el que solamente te apetezca estar escuchando música o respirando.
Que no falten los textiles
Una silla colgante no estará del todo vestida sin unos textiles que la acompañen. Además de ayudarte con la decoración de este rincón te darán también una mayor comodidad a la hora de estar sentado en ella.
No pueden faltar unos mullidos cojines y me encanta cómo queda si le pones una alfombra de pelo o una manta, para dejarla igualmente decorada mientras no la estás usando. Se cual sea el material elegido para tu silla le dará un toque muy personalizado y cálido.
En el dormitorio
Las sillas colgantes quedan también muy bien en el dormitorio. Sobre todo si este es bastante amplio para poder disponer de espacio alrededor suficiente para sentirte cómodo en cualquier momento en el que quieras usarla.
Aunque si es pequeño también puedes probar a colgar alguna, ya que al estar en el aire no ofrecen una sensación tan pesada como si colocas un sillón o una butaca, por ejemplo.
Para el exterior de tu vivienda
Si hay un lugar donde las sillas colgantes siempre son bienvenidas ese es en tu terraza, en un porche o en tu jardín. Maravillosos muebles para el exterior, ya que te permite pasar agradables ratos al aire libre mientras te balanceas, lees o compartes conversación con tus amigos. Si te gusta recibir visitas pon más de una para que no solo tú puedas disfrutar de ellas.
Colgadas del techo o con soporte
Si no te atreves a colgar tu silla del techo o por sus características no puedes poner mucho peso encontrarás sillas que van sobre un soporte y que quedan igualmente suspendidas, pero apoyadas con una estructura sobre el suelo. A mí me gustan más colgadas del techo pero a veces puede no resultar posible esta opción. Hay alternativas.