¿Has oído hablar alguna vez del trecandís? Este término de la lengua catalana define un tipo de mosaico formado a partir de trozos cerámicos muy típico de la arquitectura modernista de Cataluña. De hecho, Antoni Gaudí fue el primero en utilizarla y su máximo exponente.
Desde que el genio catalán, artífice de obras como la Sagrada Familia, el Parque Güell o la Casa Batlló, empleara está técnica en sus propias obras, no ha dejado de estar de moda, entre otras cosas porque hacer mosaicos de azulejos rotos es bastante sencillo y súper vistoso. Además, es una buena forma de utilizar los azulejos sobrantes. Podrás usarlos para darle aires nuevos a numerosas superficies: paredes, suelos, mesas, encimeras de baño, macetas, marcos de espejo, bancos, bandejas… En cualquiera de ellas, los azulejos captarán la luz dándole un brillo y un cromatismo de lo más originales. ¿Te gustaría aplicar tú mismo esta técnica? ¡Te explicamos cómo hacerlo a continuación!
El diseño
Lo primero que deberás hacer antes de ponerte manos a la obra con la realización del mosaico de azulejos rotos es realizar un boceto con el dibujo que desees sobre la superficie en la que vaya a ir. Podrás utilizar un lápiz o una tiza. Otra opción es dibujar el diseño en un papel y luego, cuando los azulejos estén rotos, probarlo en la superficie. Eso sí, no podrás probar el resultado antes de adherir los trozos de azulejo en superficies verticales como las paredes.
Preparar el terreno
Una vez tengas el diseño hecho, deberás limpiar la superficie en la que va a ir adherido, ya sea una pared, el suelo o cualquier mueble, complemento u objeto decorativo. Una vez la superficie esté limpia, deberás aplicar una capa de imprimación. Es importante que tengas en cuenta que, dependiendo del soporte (material plástico, cobre, aluminio, melamina, PVC…), necesitarás un tipo de imprimación u otro.
Romper los azulejos
Antes o después de preparar la superficie tendrás que hacer una de las tareas más importantes de este tipo de decoración: romper los azulejos. Para ello necesitarás un martillo y no tener nada de miedo. Eso sí, te recomendamos que utilices una gafas de protección para evitar que cualquier pequeño fragmento salte a tus ojos. Lo ideal es que los trozos midan unos 3 centímetros. A continuación, te recomendamos que dividas los azulejos por colores o texturas para que luego te sea más fácil hacer el diseño.
Colocar y adherir los azulejos
El siguiente paso será colocar y adherir los azulejos. Como te hemos dicho antes, en superficies horizontales podrás probar el boceto que has hecho o cualquier otro diseño que se te ocurra hasta dar con el dibujo que más te guste. En paredes, sin embargo, esto no podrás hacerlo. Después, deberás pegar cada trozo en su sitio con un adhesivo específico para cerámicos. Lo ideal es que entre los cachos de azulejos haya una separación de los mimos milímetros. Ten en cuenta que esta es la parte más pesada.
Pasos finales
A continuación, deberás rellenar los huecos. Para ello, primero deberás humedecer la superficie con un poco de agua y aplicar pasta de rejuntado que previamente habrás mezclado con agua, siempre dependiendo de las instrucciones del fabricante. Es importante que la extiendas con una espátula de forma que no queden burbujas. Después deberás quitar el sobrante de pasta con la espátula y, si quedan restos, con un trapo o una esponja húmeda. Una vez la pasta esté seca, podrás volver a limpiar la superficie. Una buena forma de hacerlo es frotando con un papel de periódico.