Fundas para sofás, una manera económica de renovar el salón

En épocas de crisis todos somos más razonables con los gastos y solemos mirar cada euro antes de hacer cualquier inversión, por pequeña que sea. Por eso, en estos momentos pocos son los que sustituyen sus muebles, a pesar de que sean viejos o estén estropeados. Sin embargo, existen algunas soluciones para disimular las imperfecciones de estos elementos. En el caso de los sofás, por ejemplo, las fundas se convierten en la alternativa ideal.

Si tu sofá se ha deteriorado estéticamente pero puede seguir cumpliendo con su función un tiempo más, ésta puede ser una estupenda opción, ya que permiten alargar su vida útil. Además, las fundas también permiten salvaguardar las tapicerías delicadas del rápido deterioro que sufren, especialmente si hay niños y mascotas en el hogar. En líneas generales existen tres fundas: los plaids, las fundas elásticas y las fundas ajustables. Te hablamos de ellas a continuación:

Plaids

Los plaids, o lo que es lo mismo, grandes fulares, son telas de gran tamaño que pueden servir para múltiples usos. Así, podrás utilizarlos tanto como colchas como para cubrir tus sofás. Lo habitual es que estén hechas en telas frescas, fáciles de lavar, con un bonito estampado y con una textura agradable.

Funda ajustable

Por su parte, la funda ajustable guarda las formas del sofá, permitiendo cubrir las tapicerías de forma sencilla. Este ajuste es posible gracias a las lazadas, velcros u otro tipo de sistemas.

Funda elástica

Por otro lado, la funda elástica está hecha con tejidos que llevan fibras tipo elastano o spandex. Este tipo de piezas actúan como una segunda piel de los sofás, permitiendo cubrirlos como si se tratara de la tapicería original.

Otras alternativas

Otra opción para cubrir los sofás son los quilts, que se quitan fácilmente y permiten un ajuste fácil sobre el respaldo, el asiento y los brazos del sofá por su forma en cruz. En el mercado también hay fundas para sillas, para camas nido e, incluso, para mesas.