El dormitorio de un adolescente es su santuario, su refugio y, por eso, es importante encontrar una decoración con la que se sientan identificados y que, también, esté preparada para que puedan expresar sus gustos y sus pasiones incipientes. Además, la habitación tiene que estar en cierta armonía con el resto de la casa y ser lo suficiente versátil para que, una vez pasen esta etapa, la estancia siga sirviéndoles.
Un refugio llamado mi habitación
Seguro que todos recordáis ese paso de la infancia a la adolescencia y los primeros años de juventud durante los cuales nuestra habitación era nuestro único espacio íntimo y donde podíamos hacer casi lo que queríamos.
Hay cosas que nunca cambian y, ésta, es una de ellas pues los adolescentes y los jóvenes querrán seguir teniendo su espacio sagrado por los siglos de los siglos, sí, ese dónde cuelgan el «no pasar» en letras bien grandes y dónde se encierran a escuchar música a todo volumen.
Creo que es muy importante que participen en la elección de la decoración y que, si se puede, cada adolescente tenga su propia habitación. Toda habitación juvenil debe constar de un buen escritorio, una buena iluminación y el mobiliario justo para poder mantener ordenadas sus pertenencias.
Dentro de la decoración hay un poco de todo, depende mucho del carácter de la persona que vaya a ocupar la habitación. Está bien optar por decoraciones que promuevan la luminosidad del espacio, que tengan colores vivos pero que también sirva como un lugar dónde puedan relajarse.
Podemos optar por una decoración temática, inspirada en la música, en algún deporte o cualquier otro tema de interés, optar por una decoración que gire en torno al color o, si la decoración de nuestra casa es muy concreta, si presenta por ejemplo una decoración exótica, podemos mantener esta línea adaptándola a la edad y los gustos del adolescente.