De vez en cuando nos dan ganas de cambiar las cosas, darle un nuevo aire a nuestro hogar. Para ello existe la decoración que tan bien conocemos, podemos cambiar el estilo de nuestra casa de manera sencilla y sin tener que ponernos a pintar paredes o renovar el mobiliario. Nuestra propuesta es hacerlo todo con telas. Nos podemos centrar en las cortinas, los almohadones, el acolchado, los manteles o la tapicería. Si podemos cambiar estos pequeños detalles logremos grandes cambios que se van a notar en el aspecto visual.
En las tiendas podemos encontrar una amplia gama de tejidos con enorme variedad de colores, lo que nos posibilitara elegir el que más nos guste para nuestro estilo. Es importante que siempre intentemos mantener una combinación entre los nuevos tejidos con el mobiliario y accesorios existentes, ya sea en color, motivos o material.
Por ejemplo, podemos empezar forrando las sillas y sillones, o simplemente cambiando los colores a los almohadones, o sobre los brazos del sofá colocar una tela de una tonalidad que haga un buen contraste. Nunca debemos olvidar que todo debe combinar con el color de suelo, alfombra o paredes, ya que esos son elementos que no podremos cambiar ni de lugar ni de color, a no ser que nos liemos a pintar.
Recuerda siempre que cuando quieras cambiar una habitación o el estudio, lo primero a tener en cuenta al elegir el tipo de decoración es consultar el gusto de la persona que pasara su tiempo en ese lugar, para que el nuevo cambio le haga especialmente ilusión y le sirva para renovarse. Piensa que algunos colores alteran los sentimientos de las personas. También es recomendable preguntarle al vendedor si las telas son lavables o qué producto antimanchas usar en caso de tener algún accidente.