Sentados en una silla frente al ordenador es como muchas personas pasan la mayor parte de horas del día, trabajando. Si trabajamos en una oficina nos sentaremos en la silla que nos han asignado y punto, pero hay muchas personas que trabajan desde casa o tienen un pequeño despacho en alguna habitación. La verdad es que cuando ponemos una silla, una mesa o cualquier elemento en casa, tendemos a elegir uno bonito y que sea acorde con el resto de elementos. Sin embargo, a la hora de elegir una silla de trabajo, además de elegirla por el diseño tenemos que tener en cuenta las características de esa silla, cuanto más ergonómica sea mejor, porque nuestra espalda sufrirá menos. Por fortuna, las tiendas especializadas en muebles de oficina cada vez más están ofreciendo sillas cómodas y buenas con un diseño atractivo. A la hora de elegir tu silla perfecta deber valorar estos aspectos:
– El asiento es conveniente que sea regulable para que lo puedas regular con respecto al respaldo y debe ser lo suficientemente ancho para poder sentarse a gusto. Lo correcto sería que la parte delantera estuviera un poco inclinada hacia delante para no oprimir las rodillas y que no dificulte la circulación de la sangre.
– El respaldo es la parte más importante de la silla. Nunca debes sentarte en una silla sin respaldo, como por ejemplo un taburete, porque la espalda se resiente mucho. Lo ideal del respaldo es poder apoyar con comodidad la zona lumbar y que sea regulable, con longitud suficiente para que cubra toda la espalda. Como opcional se puede añadir un reposacabezas.
– Hay personas a quienes no les gusta, pero un reposabrazos permite apoyar los codos y los antebrazos y repartir por tanto el peso que recibe la espalda. Lo perfecto de este elemento es que los brazos se apoyen formando un ángulo de 90 grados y debe ser lo bastante ancho como para no oprimir en las caderas a la persona que se sienta.
– La base de la silla ha de ser estable y lo mejor es que tenga cinco puntos de apoyo. Las sillas con ruedas facilitan el cambio de postura o el desplazamiento por el sitio.
– Por último, el tapizado. Aunque parezca lo menos importante, tiene su valor ya que una buena silla tendrá un tapizado transpirable y que no sea rugoso. También es importante tener en cuenta que vamos a estar sentados muchas horas y por tanto debe ser un tejido resistente.