Podemos encontrar diversos tipos de pintura que ofrecen propiedades distintas en cada caso, dependiendo de la superficie donde la apliquemos.
Pintura plástica: Suele ser la pintura más utilizada para fines decorativos. Se caracteriza por ser una pintura soluble en agua, de secado rápido, inodora y muy fácil de limpiar. La pintura plástica satinada proporciona un acabado más fino y detallado que la mate y además es más duradera en el tiempo.
Tintes: La pintura para tintar es líquida con una tonalidad muy concentrada que su usa para colorear encima de la pintura blanca. Para aplicarlo, no es necesario mucha cantidad, unas simples gotas de tinte pueden teñir varios litros de pintura.
Pintura acrílica: Se utiliza para trabajos a pincel o en los que queramos obtener un efecto sobre una base de pintura plástica. Los colores acrílicos son pinturas muy fáciles de mezclar, se diluyen en agua y el secado es bastante rápido.
Esmalte o pintura para radiadores: Pintura especial para aplicar en radiadores. De secado muy rápido y que conserva el color por mucho tiempo a pesar de los cambios de temperatura de la superficie.
Pintura impermeabilizante: Se utiliza para tratar especialmente las superficies afectadas por la humedad. Se debe usar después de haber tratado la humedad en la pared, nunca antes.
Pintura de aluminio: Pintura utilizada para tuberías o depósitos de almacenamiento. Ofrece unas propiedades óptimas para mantener a temperatura baja la superficie ya que hace que el sol refleje y no caliente el interior.
Pintura al aceite: Se emplea para maderas. Suele ser una pintura flexible que no se quebrará si la madera se expande o se contrae. Permite respirar la madera gracias a que es microporosa.
Barniz marino: Ideal para barnizar maderas. Proporciona resistencia y brillo para protegerla al máximo de raspones y ralladuras.
Pintura para ladrillos y baldosas: Pintura para exterior que nos brindar un acabado mate impermeable en las superficies de ladrillo.