La técnica de pintar con pistola tiene muchas aplicaciones, es muy utilizada para arreglos de la carrocería de coches y motos, pero también sirve para pintar paredes de interiores o exteriores en hogares. Muy práctico especialmente para estructuras complejas o irregulares, como radiadores, puertas, persianas, verjas o muebles que sea complicado pintar con brocha.
El proceso de pintado es muy simple, consiste en pulverizar con una pistola aerográfica una capa regular de pintura mediante, pero antes requiere un preparado, se debe ajustar la viscosidad de la pintura con un disolvente para que la mezcla pueda ser proyectada a una superficie u objeto. Existen dos tipos de pistolas: eléctricas o de aire comprimido.
La destreza en dominar la pistola y la densidad de la pintura serán factores clave para el resultado profesional de la aplicación. Para una correcta aplicación, el dispensador debe sujetarse en posición vertical y encontrarse a una distancia de unos 20 cm de la superficie que se desea pintar. En cuanto a los movimientos, la muñeca debe mantenerse relajada y desplazarse de forma lenta, firme y sin movimientos bruscos. También es importante no superponer capas de pintura para evitar que gotee.
Antes de empezar, es recomendable hacer algunas pruebas sobre un cartón o un panel para comprobar el funcionamiento de la pistola aerográfica y regular la potencia si fuera necesario. Durante el trabajo de pintado es importante tener ventilado el lugar y protegerse con una mascarilla para no inhalar pintura que es tóxica e inflamable.