Los colores fríos son aquellos que, en el círculo cromático, van desde el morado hasta el verde, y entre los que se encuentra el azul y el turquesa. Todo ellos con sus diferentes gamas e intensidades. Son tonos que se asocian a sensaciones de serenidad, amplitud y frescura, por lo que puede ser interesante utilizarlos para refrescar ambientes a través del color y también en aquellas estancias donde se busca la calma y la relajación, sobre todo cuando se emplean en sus tonos más suaves.
Hoy vamos a ver algunas ideas para introducir estos colores fríos en la decoración de tu casa. Son interesantes para habitaciones pequeñas porque también amplifican espacios, y los puedes usar de muchas maneras. ¡Descubre algunas de ellas!