Los tacos químicos se suelen utilizar para colgar cargas medias y altas en paredes de piedra, ladrillo y hormigón. Son bicomponentes que están formados por una ampolla de resina sintética y arena de cuarzo, además de una espiga estriada de acero inoxidable o un casquillo perforador. Para su instalación hay que perforar la pared con un diámetro similar al de la ampolla, normalmente de entre 10 y 30 mm. Luego se encaja la cápsula en el agujero y se coloca la espiga en el cabezal de un taladro para introducirla en la perforación. De esta forma conseguimos romper la ampolla, haciendo que los elementos que la componen se mezclen para formar una pasta adherente que asegura el agarre del taco.

Para que la colocación sea la más adecuada, hay que tener en cuenta una serie de cosas. Para empezar, después de perforar la pared se tiene que retirar todo el polvo que se haya creado y cualquier tipo de resto. De la misma manera, si la pared tiene humedad o hay agua, se tiene que secar antes de introducir la cápsula de resina. Lo ideal es que el interior del orificio esté muy limpio, pues de esta forma el empotramiento tendrá más adherencia.

Cuando el contenido de la ampolla se haya extendido en el agujero, tendremos que respetar al máximo el tiempo de secado. Normalmente el fabricante estipula un tiempo de secado que se puede leer en el envase, pero esto siempre dependerá de la temperatura ambiental. Si la estancia está templada tendremos que dejarlo entre 20 y 30 minutos. Si por lo contrario está fría, tendremos que dejar más tiempo.

El sargento, tornillo o gato de apriete es una herramienta prácticamente imprescindible en el mundo del bricolaje, más que nada en carpintería. Se puede usar para varios trabajos:

– Inmovilizar dos piezas
– Apretar un encolado
– Sujetar firmemente a la mesa de trabajo o banco el elemento sobre el que se va a trabajar

En el mercado podemos encontrar sargentos de diferente tamaño. Normalmente nos puede bastar el de una abertura de 30 a 50 cm. Si lo queremos emplear para puertas o mesas, tendrán que ser bastante más amplios (más de un metro). Los sargentos se suelen comprar a pares, pues en la mayoría de ocasiones son utilizados para equilibrar el ajuste.

Un decapador térmico es un utensilio muy utilizado en el mundo del bricolaje. Si se trabaja a temperaturas muy elevadas, puede servirnos para estañar metal y para soldar tuberías de plástico. Si por el contrario se trabaja a temperaturas bajas, es capaz de facilitar el secado de la pintura acelerando el proceso de encerado. Además, se utiliza para descongelar tuberías de agua.

Tiene una forma muy parecida a la de un secador de pelo. Eso sí, no se puede tontear mucho porque existen modelos que expulsan aire a más de 500º, por lo que nos podemos llevar un buen susto si no tomamos las debidas precauciones. Lo mejor es comprar una herramienta que nos permita regular la temperatura y la potencia a distintos niveles.